"El arte del calzado", una muestra de la diseñadora francoargentina Sylvie Geronimi, reco re el intrincado proceso de confección de un zapato y exponen al mismo tiempo la complejidad y el arte que subyace en este trabajo que ya pocos artesanos especializados realizan a mano. De padre francés y madre argentina, Geronimi se formó en París y se estableció en Buenos Aires en los años 90. Se convirtió entonces en una de las pioneras del movimiento que renovó el diseño argentino y convirtió a Buenos Aires en una de las capitales del diseño latinoamericano. Su modelo más emblemático es "Carmen-Paris
Buenos Aires", un guillermina que -como es tradicional en sus diseños- combina en un calzado sólido de tacón ancho sus experiencias a ambos lados del Atlántico, materializadas en bordados del Obelisco y la Torre Eiffel.
"Carmen-París Buenos Aires" pertenece a una colección de Geronimi lanzó en 2012 con zapatos y bolsos bordados a mano, con emblemas de la cultura de las respectivas capitales. Hoy día -cuenta- arma solamente entre cinco y siete zapatos por día con su equipo, trayendo ella misma de Francia las telas y de Italia los cueros que emplea en las confecciones.
"Seguramente -agrega- el cuero que compramos es originalmente argentino, pero se vende como materia prima a países como Italia donde saben trabajarlo y desde allí nos vuelve para utilizarlo", subraya. Natalio, un artesano hijo de italianos, fue precisamente quien le enseñó todo el ofi cio, que había aprendido a su vez de su padre. "Era uno de los últimos artesanos zapateros en los años 90, y me dejó de herencia su caja de herramientas", recuerda Geronimi. Sus trabajos hoy día se realizan por encargo, especialmente zapatos a medida o para ocasiones especiales que le piden modistas y creadores: en ese caso solo llega a producir dos o tres pares por día, ya que hace falta un trato especial y, cuando la materia prima es delicada, se trabaja con guantes.
"Cuando alguien tiene ofi cio -explica- se ve enseguida por algunos detalles de cómo está armado el zapato. Por ejemplo, la parte delantera se confecciona en tres etapas, y si bien en la industria se hace de una sola vez para ganar tiempo y dinero, la diferencia se ve enseguida y marca la diferencia entre un zapato hecho a mano y otro en cadena". Todo este proceso se exhibe en la muestra -abierta en la Alianza Francesa hasta el 25 de julio- a través de "Carmen-París Buenos Aires", que refl eja la construcción de este calzado desde el boceto inicial hasta que llega a la caja.