Un grupo de delincuentes armados asaltó una remesa frente al Banco Itaú las 19 horas.
Junto al camión blindado de Prosegur, se trasladaba una camioneta de apoyo, en la que viajaban dos guardias y un chofer.
Ese segundo vehículo fue el que atacaron primero. Los guardias de Prosegur respondieron al ataque y dos de ellos resultaron heridos. Eduardo Murrieta de 50 años, y José Birriel, de 30 años.
El intercambio de disparos se prolongó por unos dos minutos, y dos mujeres que pasaban por la calle en ese momento también resultaron heridas.
Más tarde encontraron bolsas de dinero vacías, que dejaron atrás los delincuentes.
Según fuentes policiales de la investigación, se llevaron algo más de 100 mil dólares en efectivo, y mas o menos la misma cantidad en letras de cambio. En total se calcula que se hicieron con un botín de unos 200.000 dólares.
Los delincuentes tenían armas largas, y un testigo, exmilitar en el retiro, aseguró que se trataba de armas automáticas y de gran calibre. El mismo testigo aseguró que durante los disparos, Avenida Libertados parecía una "zona de guerra".
Uno de los vehículos utilizados por los delincuentes apareció en llamas, a pocas cuadras del lugar de los hechos. Allí abandonaron el vehículo y siguieron su camino en una camioneta que llegó a buscarlos.
Policía cree que otro auto que estaba estacionado al lado del vehículo en llamas, y que apareció con uno de sus vidrios bajos, también está vinculado al asalto.
Además aparecieron otros dos autos incendiados que también se sospecha este vinculados al atraco: una camioneta que estaba siendo buscada por un intento de rapiña, y otro vehículo de alta gama también quemado.
