"Necesitamos más hombres feministas que estén acompañándonos en este proceso de transformación", reclamó Valeria Molina, secretaria de las Mujeres de Medellín, que tiene a su cargo una serie de mecanismos para brindarle seguridad a ellas, en la segunda ciudad de país y con altos niveles de violencia de género. Uno de esos sistemas de protección es la Línea 1,2,3 Mujer que atiende llamados telefónicos, las 24 horas, con 10 duplas de profesionales, integradas por abogadas y sicólogas.
Era necesario "tener un mecanismo de atención a las mujeres víctimas de violencia de género", describió Molina, para argumentar las razones de implementar un sistema telefónico que atendiera todo el día, todos los días, los casos de agresiones a ellas. Según el informe "Medellín cómo vamos", que mide el termómetro de una serie de variables con base en datos oficiales, en 2017 fueron asesinadas en esa capital 61 mujeres, 29 de esos casos fueron calificados como feminicidios. Pero si los crímenes contra ellas son desconcertantes, las cifras de violencia de pareja contra las mujeres en esa ciudad revela el clima de zozobra en el que viven muchas mujeres de Medellín. De acuerdo al registro anual del Instituto de Medicina Legal, en 2017 hubo 2609 casos de violencia contra las mujeres dentro del núcleo de la pareja en Medellín.
Secretaria de la Mujer en esa ciudad, explicó que fue justamente esa problemática la que condujo a la creación de la Línea, que recibe en promedio unas 60 llamadas diarias en las que ellas reportan todo tipo de agresiones. Una vez se conoce la denuncia, se activa la "ruta de atención" que busca arrancarle de las garras de la violencia masculina a esas mujeres víctimas, mediante acompañamiento psicojurídico y la intervención de varias dependencias, desde la Policía hasta el sistema de justicia local. "Sabemos que los círculos de violencia son muy complejos y que las mujeres a veces no se sostiene en las denuncias, así que las acompañamos", describió Molina, que advirtió que a las mujeres que las llaman no se les abandona.
Dijo que el reporte de una agresión a una mujer activa la participación de autoridades, de sus sistemas de ayuda en terreno y de ser necesario llevan a las víctimas a lugares especiales de protección. En total la Línea ha atendido desde que entró en operación 7657 eventos y 13.275 mujeres accedieron a los acompañamientos psicojurídicos, mientras que 276 mujeres han sido atendidas en los hogares de acogida entre 2016 y 2017.
Las causas principales de la violencia intrafamiliar, que golpea fuertemente a las mujeres, son las confusas ideas sobre la masculinidad, el peso cultural del machismo, la intolerancia y hasta el consumo de sustancia sicoactivas. "Frente al machismo las mujeres cada vez están más empoderadas y consientes de sus derechos y los hombres tendrán que cambiar", afirmó la funcionaria medellinense. Admitió que carecen de un sistema que determine si tanto la Línea como el trabajo en terreno ha contribuido o no al descenso en las cifras de violencia de género, pero se mostró confiada en que el aumento de las denuncias es un buen síntoma de que "las mujeres ya no aceptan ese tipo de conductas".
"A nosotros la Línea nos ha enseñado la importancia del seguimiento, que cada caso es único, importante, y no se nos puede perder de vista, porque cuando uno pierde un caso de vista es cuando por lo general ocurren las grandes catástrofes en la vida de las mujeres", afirmó Molina. Reveló que la Línea 1,2,3 Mujer también ha servido para que los agresores acepten ayuda sicológica, al menos eso ocurrió en el 5% de los casos denunciados por mujeres. "Se van a quedar solos los hombres machistas porque las mujeres ya no nos vamos a aguantar más la violencia, y este proceso de transformación tiene que ser un tema de ellos", reclamó la funcionaria.
Oscar Escamilla