Un extraño objeto de forma tubular que durante el año pasado atravesó el Sistema Solar, sería una sonda alienígena enviada para estudiar la Tierra.
El cuerpo fue llamado cuando se avistó el año Oumuamua, que significa “mensajero” o “explorador” en hawaiano.
El desplazamiento del objeto es la base de su hipótesis, ya que su movimiento y cambios de velocidad han hecho que los científicos admitieran la posibilidad de que la ruta de Oumuamua haya sido direccionada y no aleatoria.
Se ha podido verificar que el objeto se movió a una velocidad mayor de la esperada al alejarse del Sol.
Esa aceleración podría explicarse por la presión de la radiación solar pero según explicaron los investigadores, eso solo se da en cuerpos celestes que tengan una superficie grande y que sean muy delgados, lo cual no existe en la naturaleza.
Oumuamua mide unos 400 metros de largo y tan solo uno 40 metros de ancho. Algo inverosímil para las formas espaciales conocidas.