Un grupo de vecinos del barrio San Rafael, transmitirán, a la directora general de Urbanismo de la Intendencia de Maldonado, arquitecta Soledad Laguarda, su preocupación y malestar por la anunciada demolición del edificio del ex hotel San Rafael.
"Los vecinos entendemos que el edificio del ex hotel San Rafael no se puede demoler así como quien dice que va a ir a tomar el té a la esquina. No puede ser demolido en los términos en que el señor Cipriani expresó en la nota concedida a El País", explicó el abogado Alfredo Tedeschi, según consigna Marcelo Gallardo para el matutino citado.
Hasta tanto el Ministerio de Educación y Cultura apruebe sus estatutos y conceda la correspondiente personería jurídica, Tedeschi es uno de los voceros de la comisión directiva del barrio San Rafael.
El encuentro entre la jerarca de urbanismo y una representación de los vecinos será el próximo 11 de enero en el edificio municipal. A fines de octubre los vecinos resolvieron la creación de esta asociación civil con el objeto de llevar adelante una serie de iniciativas.
"En un principio nuestra preocupación fue por el impacto ambiental que tendrá en general la construcción más allá de que el diseño nos pareció horrendo para el barrio. Luego nos preocupó el impacto ambiental desde diversos puntos de vista", indicó el abogado.
En orden, las objeciones principales guardan relación con el aspecto visual, la contaminación y hasta de conservación de las calles. tanto durante la construcción como una vez terminados los edificios.
"Así fue que presentamos un escrito pidiendo que se nos permitiera intervenir en todo el proceso porque, entre otras cosas, ya vamos a sufrir con la propia marcha de la obra", comentó Alfredo Tedeschi.
Pero todos los cuestionamientos de los residentes o amadores de la península parece que "duermen el sueño de los justos desde el pasado 30 de octubre en el escritorio de la arquitecta Soledad Laguarda a quien se le pidió una anuencia", expresó.
A esa preocupación múltiple e inicial que tenían los vecinos ante el proyecto, se sumó una gran irritación y obejeciones apoyadas en la defensa del patrimonio nacional.
"Lo que aumentó nuestra preocupación y nos provocó un gran malestar fue algo que nos enteramos al leer la entrevista publicada en El País donde el señor Cipriani anuncia la demolición del edificio. Esto nos preocupa y nos enoja. Entendemos que la demolición del hotel no está autorizada", se quejó el vocero.
"Cuando en la Junta Departamental se trató este tema, una gran cantidad de ediles, al fundamentar su voto y contemplar el contenido del informe de la comisión de obras públicas, aseguró que se trataba de salvar al hotel y de revitalizarlo. Nadie habló de demolerlo. Inclusive, fue la bandera de todos los proyectos cuando se aseguraba que 'vamos a salvar al hotel San Rafael'. Nadie habló de tirarlo abajo"; añadió Tedeschi.
En la edición del pasado sábado 8 de diciembre de El País, el empresario Giuseppe Cipriani adelantó que las actuales condiciones del edificio obligan a su demolición para luego pasar a reconstruirlo "ladrillo por ladrillo". En la ocasión, el inversor aseguró que existen tres razones fuertes para demoler el viejo y clásico edificio.
Una es la complicada situación estructural provocada por la falta de mantenimiento del complejo hotelero. Otra es la necesidad de dotar al establecimiento de suites de mayores dimensiones. Tanto en altura como en superficie. Y la restante explicación pasa por la necesidad de construir el hotel de acuerdo a los planos originales.
"Al hotel le falta toda el ala derecha. Mirando de frente ves que a la izquierda hay varias ventanas. Del lado derecho, solo una. ¿Por qué? Cuando lo construyeron se quedaron sin acero por el desabastecimiento impuesto por la guerra. Sí les alcanzó para el ala izquierda, no para la derecha", graficaba Giuseppe Cipriani mientras señalaba los detalles de obra.
Según lo prometido, el nuevo hotel tendrá su ala derecha igual que la izquierda, como estaba en los planos originales.