Por primera vez, Chile y Argentina realizaron una campaña oceanográfica para estudiar los efectos del cambio climático en el Canal del Beagle, las aguas más australes del continente americano. Ubicado en el extremo sur, se considera una zona estratégica para ambos países. Hace 40 años -dominados por dictaduras militares-, los dos Estados estuvieron muy cerca de un conflicto bélico por las islas Nueva, Picton y Lenox. El punto es que también es un área de gran interés científico: además de comunicar los océanos Pacífico y Atlántico posee influencia de las corrientes Circumpolar Antártica y Cabo de Hornos, albergando una gran biodiversidad marina y grandes reservas de agua dulce. Hoy, a través de la ciencia, las dos naciones dan un paso histórico al unirse en esta expedición.
Desde el puerto de Ushuaia (Tierra del Fuego, Argentina), un equipo de 17 investigadores, estudiantes y técnicos de instituciones chilenas y argentinas zarpó a bordo de la embarcación "Víctor Angelescu". La campaña oceanográfica binacional -que concluyó el sábado 16 de noviembretuvo como objetivo principal estudiar los efectos de la acidificación de los océanos y la hipoxia (falta de oxígeno) en la columna de agua. Ambos fenómenos están relacionados estrechamente con el cambio climático. La expedición comenzó a gestarse hace más de dos años dentro de la Comisión Bilateral de Cooperación en Investigación Científica Marina Austral, como parte de una agenda emergente y de convergencia estratégica de intereses, impulsada por las cancillerías de Chile y Argentina, que busca fortalecer la variable científica entre ambos países.
La campaña fue encabezada por el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh). También participaron investigadores del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), el programa Copas-Sur Austral de la Universidad de Concepción (UdeC) y el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP). "El Canal Beagle es un laboratorio natural y un área muy vulnerable a los efectos del calentamiento global. Ambas naciones comparten recursos pesqueros y, por lo tanto, realizar este relevamiento científico es un hito que permitirá transmitir información inédita a los tomadores de decisiones", aseguró el director del Centro IDEAL, Humberto González.
Su colega Gustavo Ferreyra, director de Cadic, subrayó que "esta campaña además posee un gran peso político, teniendo en cuenta las disputas por soberanía que se dieron en la historia de la relación entre ambos países". La misión científica llevó a cabo en seis estaciones de transecta (cortes del terreno para tomar muestras y dos fijas. Simultáneamente fue documentada por un equipo de la productora audiovisual CONICET Documental, que registró a bordo los detalles de la expedición. A lo largo del Canal Beagle, los investigadores utilizaron una roseta, instrumento oceanográfico que les permitió obtener muestras de agua a diferentes profundidades. Gracias a ello, podrán estudiar las características físicas, químicas y biológicas del área. El relevamiento de información será clave para describir y modelar las corrientes y transportes de masas de agua y caracterizar los sitios con bajas concentraciones de oxígeno.
"Todos sabemos que los niveles de dióxido de carbono han aumentado a niveles récord en la atmósfera y los océanos lo captan de manera natural", explicó el doctor Mariano Diez, investigador del CADIC y jefe de la expedición. "Estos trabajos serán pioneros en medir las corrientes y el transporte de masas de agua a través del Canal de Beagle", concluyó el doctor Ricardo Giesecke, jefe de la delegación chilena.