La viceministra de Exteriores italiana, Marina Sereni, afirmó que "en Italia, como en América Latina, la emergencia afecta a todos pero en particular a los trabajadores informales y las familias con niños o personas frágiles, con un aumento de la violencia doméstica contra las mujeres". Sereni intervino en la conferencia virtual "Afrontar la emergencia del coronavirus, intercambio de buenas prácticas e informaciones", organizada por el Instituto Italo-Latinoamericano (IILA), con la participación de numerosos expertos y representantes de los gobiernos de 20 países de América Latina y el Caribe.
"Después de la emergencia -agregó la viceministra, citada en un comunicadoEuropa y América Latina, como el resto del mundo, deberán afrontar una fuerte recesión que hará aumentar pobreza y desigualdad. En este contexto, como dijo el papa Francisco, nadie 'se salva solo'. Hace falta de inmediato una colaboración internacional para combatir el virus". El gobierno italiano -continuó- adhirió a un llamado de la ONU para afrontar juntos esta amenaza, que significa un apoyo a las áreas más vulnerables, una Food Coalition para garantizar las cadenas y la seguridad alimentaria, y una alianza global para la vacuna anti Covid-19". Por eso -explicó Serenihemos destinado recursos extraordinarios a la OMS, para ayudar a la investigación y garantizar la distribución de la vacuna una vez disponible. Es preciso además trabajar para relanzar el comercio, frente a un shock sin precedentes, para que sea libre y justo".
"Italia y América Latina comparten un interés crucial en preservar el intercambio de mercaderías a escala global. Con este fin, las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur, así como aquellas de la Unión Europea con Chile y México están en un buen punto, pero concluirlas y hacerlas operativas no se da por descontado dado que nos encontraremos con inevitables impulsos proteccionistas. Llevarlos a término es muy importante para nuestro gobierno". A todo esto se suma la atención que, como Italia y América Latina, debemos dar a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el desarrollo sostenible, que implica -concluyó la viceministra- una lucha más incisiva contra la pobreza y las desigualdades, un empeño extraordinario sobre el cambio climático y la tutela del ambiente.