El Covid-19 y la corrupción tienen en jaque la supervivencia de los wayúu, una comunidad indígena que se distribuye en la zona norte de Colombia y Venezuela, advirtió este jueves Human Rights Watch (HRW) y el Centro de Salud Humanitaria de Johns Hopkins. "Con la pandemia tememos que se produzca una catástrofe humanitaria que afecte primordialmente a la población wayúu, si es que se produce un brote generalizado del virus en esa zona", advirtió José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW.
"En el contexto de acceso limitado a alimentos y agua, los efectos económicos y sanitarios de la pandemia de Covid-19 podrían ser devastadores para los wayúu si el virus alcanza una mayor expansión en la región", agregó el estudio de las dos organización. En ese panorama desolador, la peor parte recae sobre los niños de esa comunidad indígena, la más grande que existe en el país, debido a los altos niveles de desnutrición. "Las cifras de mortalidad son aterradoras: el promedio sigue siendo de un niño indígena por semana que muere directamente por desnutrición y en un país como Colombia, con recursos, y en el siglo XXI esto es absolutamente inconcebible e inaceptable", criticó Vivanco en diálogo con Caracol Radio desde Washington.
Los wayúu son un pueblo ubicado en la zona más septentrional del país, en el departamento de La Guajira, cuyos horizontes se extienden hasta Venezuela. Se estima tienen una población de unas 270.000 personas. Habitan zonas áridas y desérticas donde escasea el agua potable lo que agrava su situación de salubridad. Derivan su sustento de la cría de animales de corral, la agricultura, la minería, pequeños negocios de artesanales y el turismo, actividades que se han visto socavadas por la cuarentena. La Guajira ha estado en los últimos años en ojo de las autoridades por escándalos de corrupción de su clase política, varios de ellos encarcelados por el menoscabo de proyectos hidráulicos fallidos y programas de alimentación escolar. Una muestra del nivel de corrupción son las 14 auditorias oficiales sobre programas de alimentación escolar en ese departamento que revelaron la pérdida de unos 10 millones de dólares, recordó el estudio de HRW y el Centro de Salud Humanitaria de Johns Hopkins. Vivanco añadió dos elementos que agravan aún más la situación, la incidencia del cambio climático que redujo la posibilidad de acceso a fuentes de agua. Además de la llegada masiva de venezolanos que huyeron de la catástrofe económica y social en su país.
"La ola migratoria venezolana de los últimos años de venezolanos que huyen de (Nicolás, NDR) Maduro han llegado a La Guajira. De acuerdo a cifras oficiales, 160 mil personas llegaron al departamento que con una situación de recursos tan limitados para los locales agrava mucho más sus condiciones de vida", precisó el activista de derechos humanos. Tras el diagnóstico, difundido este jueves, HRW y el Centro de Salud Humanitaria de Johns Hopkins le pidieron al gobierno de Iván Duque "aumentar" de "manera urgente" el envío a ese departamento de alimentos, agua potable y elementos de higiene. Además de establecer puentes con las autoridades indígenas para que los wayúu reciban las ayudas financieras prometidas por Bogotá, el "acceso inmediato a servicios de salud", reactivar el mecanismo oficial para la detección de los casos de desnutrición infantil y vincular las tradiciones aborígenes a las soluciones a los graves problemas locales.