Un incendio de extraordinarias proporciones ya consumió un millón y medio de hectáreas del ecosistema del Pantanal, ubicado en el oeste brasileño, donde está amenazada de extinción la mayor reserva de araras azules, pequeñas cotorras. El fuego siguió avanzando este fin de semana, a pesar del trabajo de bomberos y brigadistas, debido a las altas temperaturas, que en los últimos días llegaron a los 40 grados, los vientos fuertes y una sequía inusual, explicó Renata Libonati, investigadora de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Los incendios, que emergieron en julio, son considerados los más violentos de las últimas dos décadas y desde enero han consumido cerca de un millón y medio de hectáreas.
El ecosistema, que es uno de los más importantes humedales de la tierra, también ocupa parte de los territorios de Bolivia y Paraguay. Las quemas de este año han consumido una superficie cinco veces más extensa que los incendios registrados en 2019. "La sequía ha sido muy fuerte, el clima está cambiando de tal manera que tal vez en unos años tengamos otro ecosistema distinto al Pantanal que hemos conocido hasta ahora", planteó la experta Libonati. Las llamas dieron cuenta del 75 % de la hacienda Sao Francisco de Pedigara, el más importante santuario mundial de araras azules, aves que están amenazadas de extinción, informó hoy el diario Folha de San Pablo.
Esa propiedad rural ubicada a 150 km de Cuiabá, capital del estado de Mato Grosso, alberga a unas 700 aves, sobre un total de cerca de 6.500 existentes en todo el mundo.