Al tiempo que la pandemia de Covid-19 obligó al cierre de cientos de salas cinematográficas en Estados Unidos, la sala más antigua del mundo, situada en una pequeña zona rural de Iowa, intenta contrarrestar esa tendencia negativa y se mantiene firme como una pieza de museo. El State Theatre, inaugurado en 1897, es no sólo la pantalla más antigua del mundo, sino que es la única en la zona rural de Iowa, y a pesar de los efectos negativos de la pandemia pudo reabrir e iluminar sus marquesinas en mayo, en plena pandemia.
El mayor problema fue que, con pocos lanzamientos nuevos en el cine, los espectadores no se sienten atraídos a la necesidad de pagar una entrada y una bolsa de palomitas de maíz. Apenas 23 espectadores ingresaron al State Theatre en la localidad de Washington, Iowa, el 2 de octubre pasado, toda una multitud comparado con las últimas semanas. Los acomodadores, con máscaras y guantes, escoltan a los invitados a sus butacas y los ubican a dos metros de distancia uno de otros. Excepto por las máscaras, el alcohol en gel y el distanciamiento social, nada ha cambiado para esta sala clásica que sigue levantando el telón de su única pantalla desde hace 120 años.
El State Theatre, ubicado en una comunidad rural a unos 50 kilómetros en las afueras de Iowa City, es el cine en funcionamiento más antiguo del mundo. En el pasado, mucho antes que la pandemia fuera una realidad, enfrentó numerosas amenazas a su supervivencia, pero ninguna como el coronavirus, que ha hecho que los clientes desconfíen de los espacios públicos cerrados, mientras que Hollywood sigue desconfiando de lanzar nuevas películas que puedan fracasar ante una magra taquilla. Las dificultades se extienden más allá de los pequeños teatros.
Cineworld, la empresa matriz de Regal Cinemas, anunció el lunes que cerrará temporalmente todas las 536 ubicaciones de Regal en Estados Unidos. La decisión fue tomada días después de que MGM y Universal volvieran a retrasar el lanzamiento de la nueva película de James Bond, "No Time to Die", hasta abril de 2021. "Es como en un punto de crisis", dijo Patrick Corcoran, vicepresidente y director de comunicaciones de la Asociación Nacional de Propietarios de Teatros, la asociación comercial de cines más grande del mundo.