El gobierno colombiano declaró en situación de "desastre" el archipiélago de San Andrés y Providencia, tras el paso devastador del huracán Iota y ante la urgente necesidad de reconstruir y reparar los daños causados por ese fenómeno climático.
La decisión se convirtió en decreto expedido este miércoles, un día después de que las autoridades pudieran ingresar a la isla de Providencia y evidenciar la destrucción de la totalidad de la infraestructura de ese lugar paradisiaco, habitado por unas 5 mil personas.
Con la declaratoria de "desastre" en el archipiélago, que es un departamento del país e incluye un conjunto de islas e islotes en el Mar Caribe, el gobierno facilita todo el proceso de reconstrucción, desde las compras e importaciones necesarias, hasta la orden de establecer un "plan de acción" para el rescate del archipiélago.
Entre las posibilidades que ofrece la norma, vigente por un año, está el levantamiento de las restricciones aduaneras para la importación de mercancías y materiales destinados a la atención de los damnificados y el proceso de reconstrucción, que incluye edificar de nuevo todas las viviendas que quedaron reducidas a montículos de palos y piedras.
El decreto también ordenó que se establezca un plan para atender a los damnificados, desde la creación de albergues, pasando por reparar y poner en funcionamiento los servicios públicos domiciliarios, hasta crear los mecanismo para reactivar la economía local, afectada desde antes por la pandemia.
El presidente, Iván Duque, partió hoy nuevamente desde San Andrés rumbo a Providencia con ayudas humanitarias para los damnificados, que son la mayoría de habitantes de la isla quienes lo perdieron todo, y en este momento no tienen acueducto, ni energía eléctrica, ni sistemas de comunicación.
El "reto de la reconstrucción será enorme, debido a la destrucción total de mucha de la infraestructura" en la isla, advirtió el mandatario. Duque revaluó su idea inicial que estimaba que en tan solo 100 días se podría reconstruir la isla. Ese tiempo tan solo servirá para recoger escombros y ayudar a los habitantes, advirtió.
"Primer reto, remoción de todos los escombros, limpieza de Providencia. En paralelo, entrega de ayuda humanitaria, seguir haciendo la supervisión en materia de salud; restablecer, dentro de lo que son servicios humanitarios, el flujo de energía, comunicaciones", describió Duque.
Iota pasó de ser una onda tropical a tormenta en cuestión de horas, luego se robusteció y se convirtió en huracán, allí escaló hasta la categoría cinco, la más destructora posible. Varios de los habitantes de Providencia relataron hoy a radios locales los momentos de terror que vivieron el fin de semana cuando el huracán golpeó la isla y derribó todo a su paso con la violencia de un viento acelerado y enfurecido, acompañado de tormentas bíblicas.
Colombia atraviesa por un temporal de lluvias que también han afectado otras regiones del país, causado muertes, destrucción y cientos de damnificados, aunque todavía resta un mes de lluvias intensas y sus consecuencias, como lo han advertido autoridades en temas climáticos y meteorológicos.