En una extensa entrevista realizada por César Bianchi para Montevideo Portal, el cardenal Daniel Sturla se manifestó, entre otras cosas, respecto a la reciente decisión de suspender las celebraciones religiosas presenciales hasta el 10 de enero.
El arzobispo de Montevideo deslindó toda responsabilidad de la Iglesia Católica en los brotes de covid-19, y manifestó que ha tomado "con mucho dolor y un poco de bronca" la reciente suspensión de celebraciones religiosas presenciales que comenzó a regir el lunes 21 y estará vigente, en principio, hasta el 10 de marzo.
"Nosotros calculamos grosso modo que del 19 de junio al 20 de diciembre, en seis meses, debe haber habido por lo bajo 36.000 misas en todo el país, y ahí no se cuentan ni bautismos, ni casamientos ni otro tipo de celebraciones. No hubo ningún contagio comprobado", afirmo.
"Y además el presidente había dicho hacía 10 días que allí donde se actuaba con protocolo, no había habido contagios. Si en algún lugar se ha actuado bajo estricto protocolo, y además, a la vista está que no hubo contagios, es en las iglesias. Al menos en la Iglesia Católica", especificó el religioso.
"Es una medida inútil", expresó, para darle más fuerza a sus dichos, "y en un momento espiritual donde la gente necesita la fe, necesita acercarse a la iglesia, necesita la eucaristía y la celebración", agregó.
Dijo también que "no es lo mismo la celebración virtual que participar de una celebración eucarística. Aparte, para la Iglesia Católica la misa es el centro de su vida. De ahí se deriva todo lo demás. Entonces, que se quite esa posibilidad y además en la Navidad me parece de lo más desafortunado".
Preguntado sobre su opinión respecto a las declaraciones del obispo de Canelones, Alberto Sanguinetti, que en la web de la Diócesis de Canelones afirmó que "no es verdad que el Gobierno suspendió o prohibió la celebración de la misa, simplemente porque no puede hacerlo", y agregó que no es cierto que haya habido un acuerdo, tras una reunión por zoom de comunidades religiosas con el secretario de Presidencia. "Hay acuerdo cuando las partes obran de conformidad y armonía. Simplemente las autoridades se mantuvieron en su pedido exigente y no hicieron lugares a las razones y pedidos de los católicos", dijo el obispo Sanguinetti, el cardenal Sturla respondió que "es así". Agregó que "más que una exhortación del Gobierno hubo un pedido muy fuerte a que suspendiéramos las celebraciones. Las medidas las tomamos los obispos, o las tomaron las distintas comunidades religiosas, porque el Gobierno legalmente no lo puede hacer.
"No fue una orden, fue un pedido a las comunidades religiosas para que suspendieran el culto", explica Sturla, pero aclara que "las comunidades religiosas acogemos ese pedido y lo aceptamos, pero manifestando nuestra discrepancia. Algunas comunidades lo aceptaron de buena gana, porque incluso ya habían suspendido el culto, pero la Iglesia Católica no quería suspender el culto. Lo aceptamos... a regañadientes. Nosotros pedimos, al menos celebrar la Navidad, y se nos dijo que no", concluyó sobre el tema.