"La Antártida está llegando a umbrales críticos y la vida en el mundo está en línea directa de los efectos cascada", advirtió un grupo de Trabajo de expertos internacionales en el artículo "Crisis Climática y Resiliencia del Océano Austral", publicado por el Instituto Polar del Wilson Center.
La publicación revisa cómo las presiones climáticas que son causadas por el hombre y que están cambiando rápidamente esta zona polar, tendrán efectos importantes para la humanidad, debido al rol protagónico que tiene la región en la regulación del sistema terrestre.
Para los expertos, "estos cambios podrían exacerbar de manera desproporcional la crisis climática global en el corto plazo y alterar la delicada red de vida en el Océano austral, con repercusiones en la resiliencia y sustentos costeros alrededor del mundo".
Destacó que la Península Antártica es la que está en mayor riesgo por lo que su protección "no sólo nos ayudará a revivir la biodiversidad allí, sino que también ayudará a estimular la resiliencia de los ecosistemas marinos lejanos".
Además, "nos permitirá monitorear los efectos a largo plazo de los estresores humanos, como la pesca. De esta manera, al nutrir su salud, estamos nutriendo la nuestra", expresó Andrea Capurro, investigadora visitante en la Universidad de Boston y co-autora del informe.
El informe, que es resultado de una colaboración única de disciplinas científicas, identifica procesos naturales que están en riesgo, todos los cuales conducirán a impactos regionales y globales: Aumentos en las temperaturas del océano causando el colapso del casquete de hielo y el aumento del nivel del mar global en varios metros; cambios al hielo marino provocando la pérdida de hábitats y biodiversidad vitales; cambios en la química del océano, con un aumento en la absorción de dióxido de carbono provocando la acidificación y posible interrupción de las redes tróficas.
Asimismo, cambios al secuestro regional de carbono por medio del intercambio de carbono entre la atmósfera, plantas y animales, y el océano (un proceso conocido como la bomba biológica de carbono); alteración en las dinámicas de los ecosistemas y especies provocando pérdida de la biodiversidad, alteración de procesos biológicos, cambios en las distribuciones geográficas de las especies y cambios en la dinámica de la red trófica, tanto regional como globalmente.
"Los científicos nos están diciendo que la Antártida juega un papel vital en el futuro de nuestro planeta y tienen un argumento convincente para que las organizaciones que gestionan la diplomacia antártica incorporen las consideraciones climáticas a su trabajo", clamó Evan Bloom, investigador senior en el Instituto Polar del Wilson Center y antiguo jefe para Política Exterior Antártica de Estados Unidos en el Departamento de Estado de Estados Unidos.
El informe enfatiza que la Comisión para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, por sus siglas en inglés), organización multilateral responsable de gestionar y conservar la vida marina de la región, puede adoptar una serie de medidas, como "expandir las protecciones del hábitat creando una red circumpolar de áreas marinas protegidas alrededor de la Antártida".
"Los gobiernos tienen la oportunidad de promover estrategias de mitigación del cambio climático al priorizar los esfuerzos de conservación de la Antártida", añadió.
Andrea Kavanagh, directora de los esfuerzos de conservación de la Antártida y el Océano Austral de The Pew Charitable Trusts., llamó a los estados miembros de la CCRVMA a "proteger nuestro futuro estableciendo una red globalmente coordinada de áreas marinas protegidas alrededor de esta región polar estresada, para que pueda desarrollar una resiliencia completa ante las actuales amenazas climáticas, por el bien de toda la vida en la Tierra".
La publicación revisa cómo las presiones climáticas que son causadas por el hombre y que están cambiando rápidamente esta zona polar, tendrán efectos importantes para la humanidad, debido al rol protagónico que tiene la región en la regulación del sistema terrestre.
Para los expertos, "estos cambios podrían exacerbar de manera desproporcional la crisis climática global en el corto plazo y alterar la delicada red de vida en el Océano austral, con repercusiones en la resiliencia y sustentos costeros alrededor del mundo".
Destacó que la Península Antártica es la que está en mayor riesgo por lo que su protección "no sólo nos ayudará a revivir la biodiversidad allí, sino que también ayudará a estimular la resiliencia de los ecosistemas marinos lejanos".
Además, "nos permitirá monitorear los efectos a largo plazo de los estresores humanos, como la pesca. De esta manera, al nutrir su salud, estamos nutriendo la nuestra", expresó Andrea Capurro, investigadora visitante en la Universidad de Boston y co-autora del informe.
El informe, que es resultado de una colaboración única de disciplinas científicas, identifica procesos naturales que están en riesgo, todos los cuales conducirán a impactos regionales y globales: Aumentos en las temperaturas del océano causando el colapso del casquete de hielo y el aumento del nivel del mar global en varios metros; cambios al hielo marino provocando la pérdida de hábitats y biodiversidad vitales; cambios en la química del océano, con un aumento en la absorción de dióxido de carbono provocando la acidificación y posible interrupción de las redes tróficas.
Asimismo, cambios al secuestro regional de carbono por medio del intercambio de carbono entre la atmósfera, plantas y animales, y el océano (un proceso conocido como la bomba biológica de carbono); alteración en las dinámicas de los ecosistemas y especies provocando pérdida de la biodiversidad, alteración de procesos biológicos, cambios en las distribuciones geográficas de las especies y cambios en la dinámica de la red trófica, tanto regional como globalmente.
"Los científicos nos están diciendo que la Antártida juega un papel vital en el futuro de nuestro planeta y tienen un argumento convincente para que las organizaciones que gestionan la diplomacia antártica incorporen las consideraciones climáticas a su trabajo", clamó Evan Bloom, investigador senior en el Instituto Polar del Wilson Center y antiguo jefe para Política Exterior Antártica de Estados Unidos en el Departamento de Estado de Estados Unidos.
El informe enfatiza que la Comisión para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, por sus siglas en inglés), organización multilateral responsable de gestionar y conservar la vida marina de la región, puede adoptar una serie de medidas, como "expandir las protecciones del hábitat creando una red circumpolar de áreas marinas protegidas alrededor de la Antártida".
"Los gobiernos tienen la oportunidad de promover estrategias de mitigación del cambio climático al priorizar los esfuerzos de conservación de la Antártida", añadió.
Andrea Kavanagh, directora de los esfuerzos de conservación de la Antártida y el Océano Austral de The Pew Charitable Trusts., llamó a los estados miembros de la CCRVMA a "proteger nuestro futuro estableciendo una red globalmente coordinada de áreas marinas protegidas alrededor de esta región polar estresada, para que pueda desarrollar una resiliencia completa ante las actuales amenazas climáticas, por el bien de toda la vida en la Tierra".