Chile es el país donde la ciudadanía percibe la mayor tensión entre las diferentes clases sociales, con el 88% de las afirmaciones, seguido por Corea del Sur (87%), Argentina (85%), Perú (81%), México (80%) y Brasil (77%), constató un estudio de la consultora internacional Ipsos.
La investigación "Guerras Culturales en el mundo: Cómo los Países Perciben las Divisiones" entrevistó a 23.000 adultos de 28 países para indagar el nivel de tensión existente en la sociedad de cada región, considerando factores económicos, políticos y sociales, entre otros.
El informe mostró que un 88% de los chilenos percibe mucha tensión entre las diferentes clases sociales, posicionando a Chile como el país con el resultado más alto a nivel mundial en este tópico, superando por 21 puntos porcentuales el promedio global (67%).
La consultora apuntó que los países latinoamericanos son los que perciben más tensión entre las diferentes clases sociales, prueba de ello es que 5 de los primeros 6 lugares del ranking son ocupados por países de esta parte del mundo.
Sobre la relación existente entre personas de valores más progresistas/liberales y aquellos con pensamiento de tipo tradicional/conservador, un 86% de los encuestados en Chile piensa que existe mucha tensión entre ambos grupos, superando nuevamente el promedio mundial en 21 puntos porcentuales (65%) y posicionándonos como el segundo país del ranking sólo aventajado por Corea del Sur (87%). En el tercer lugar aparece Estados Unidos solo un punto porcentual por debajo de Chile.
"Después del estallido social, se ha instalado con fuerza un discurso de alta desigualdad social en el país lo que ha tenido un gran impacto en la opinión pública y, por consecuencia, en la discusión política. Esta percepción se ha visto potenciada con la pandemia y comprobada con los recientes datos oficiales de pobreza y desigualdad que muestran un incremento en ambos aspectos", declaró Pablo Alvarado, director de estudios de IPSOS Chile.
La fuerza de la revuelta social del 18 de octubre de 2019 llevó a que la clase política acordara la realización de un Plebiscito para decidir si se cambiaba a o no la Constitución heredada de la dictadura militar. Un 80% se pronunció por una nueva Carta y que fuera totalmente elegida por la ciudadanía.
El bloque más fuerte dentro de los 155 constituyentes elegidos lo forman los independientes y quienes se agruparon en la denominada Lista del Pueblo, reduciendo el espacio de los partidos tradicionales.
En relación a la tensión existente entre inmigrantes y personas nacidas en el país, un 78% de los encuestados chilenos cree que existe mucha tensión entre ambos grupos, siendo el segundo país de Latinoamérica con el porcentaje más alto, sólo precedido por Perú (80%), y el séptimo entre todos los países medidos en el orbe.
Chile, admirado hasta hace poco por su crecimiento económico y estabilidad política, ha recibido una fuerte inmigración proveniente de la misma región a la cual no estaba acostumbrado, principalmente haitianos, colombianos, peruanos bolivianos, argentinos y, ahora último, venezolanos.
Con respecto a la tensión percibida entre personas de diferentes orígenes étnicos, 3 de cada 4 chilenos piensa que hay mucha controversia en este aspecto. Con este resultado, el país se ubica en el tercer lugar del ranking, solo por detrás de Estados Unidos (83%) y Sudáfrica (79%).
En Chile, se ha observado un mayor rechazo en contra de los haitianos, pobres y negros, a lo cual ha contribuido también el gobierno con su política de "vuelos humanitarios" a través de los cuales los ha devuelto a su país de origen bajo la excusa de que ellos quieren devolverse.
La población los rechaza porque, afirman, que les quitan los cupos en los jardines infantiles y colegios gratuitos, y en los consultorios, más allá de sus costumbres o raíces propias. En el sondeo, a nivel global, las tensiones que se perciben con más fuerza son entre "ricos y pobres" (74% dice que hay mucha o bastante tensión), entre personas que apoyan diferentes partidos políticos (69%) y entre personas de diferentes clases sociales (67%). Por el contrario, las tensiones son más débiles entre las personas que viven en la ciudad y el campo (42%), entre jóvenes y mayores (46%) y entre universitarios y aquellos que no tienen estudios de este tipo (47%).