Nueva York devuelve unas 200 antigüedades robadas a Italia, por un valor total de 10 millones de dólares, confiscadas a importantes instituciones y colecciones de Estados Unidos, desde el Museo Getty en Los Ángeles hasta la Universidad de Fordham, de los museos de arte de San Antonio y Cleveland hasta las lujosas residencias en Nueva York y Long Island.
Se trata de la repatriación individual más grande de piezas de Estados Unidos a Italia, como subrayaron los investigadores durante la ceremonia de regreso al consulado italiano en la Gran Manzana.
Entre las reliquias, una copa de vino de 2.500 años de antigüedad, así como jarrones, platos y fragmentos de cerámica grecorromana y otros objetos preciosos.
"Durante años, prestigiosos museos y coleccionistas privados en Estados Unidos exhibieron esos tesoros históricos italianos a pesar de que su presencia en Estados Unidos era evidencia de crímenes contra el patrimonio cultural", explicó el fiscal de distrito de Manhattan Cyrus Vance, el procurador que también está investigando sobre presunto fraude fiscal del expresidente Donald Trump.
Pero ante la evidencia de la procedencia ilegal de los hallazgos, los museos y propietarios acordaron devolverlos sin objeciones.
La mayoría de las obras en cuestión (160 de 200) están vinculadas a un solo vendedor, Edoardo Almagià, un anticuario de setenta años graduado en Princeton, y ahora afincado en Roma después de haber vivido durante mucho tiempo en Nueva York, donde vendió objetos robados entre 1980 y 2006.
Edoardo Almagià fue investigado varias veces por las autoridades italianas y estadounidenses.
Y ahora está bajo investigación por transporte ilegal a los Estados Unidos de cientos de artefactos antiguos y por declaraciones aduaneras falsas.
En 2000 lo detuvieron en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York con dos frescos robados en Escolano.
En 2006, el año en que dejó los Estados Unidos, el FBI revisó su apartamento de Manhattan y cedió seis objetos que luego se declararon de origen ilícito.
Y en 2012 un tribunal italiano lo absolvió del cargo de haber dirigido el allanamiento de antiguas tumbas romanas y etruscas, pero confirmó la confiscación de todos los hallazgos en su poder, al afirmar que su tráfico contribuyó "a uno de los mayores saqueos del patrimonio cultural italiano, basado en una gran cantidad de bienes robados
Tras haber volado a Nueva York para llevarse las antigüedades en custodia, el general de carabineros Roberto Riccardi, jefe de la unidad de patrimonio cultural, explicó que los plazos de prescripción hacen que para Italia sea difícil procesar a Almagià pero, subrayó, "lo que es más importante es que estos importantísimos hallazgos arqueológicos vuelven a formar parte de nuestra identidad cultural". Por su parte, el anticuario rechazó las acusaciones y negó haber cometido violaciones significativas en la importación de antigüedades.
Mientras, la fiscalía de Manhattan prevé nuevas confiscaciones y procedimientos relacionados con el caso Almagià, al considerar que hay muchos otros museos con objetos que adquirió en Estados Unidos, que sigue siendo el principal mercado mundial del arte también para obras italianas robadas.
La operación es solo la última de una serie de operativos que permitieron recuperar en Estados Unidos cientos de obras de arte de Italia en 20 años, en colaboración entre autoridades estadounidenses e italianas, gracias a un memorando de entendimiento firmado en 2001.