Cientos de personas avanzan desde San Pedro Sula, norte de Honduras, en una nueva caravana de migrantes con intenciones de buscar mejores condiciones de vida en Estados Unidos, donde son rechazados por las autoridades en la frontera con México.
Con pocas pertenencias en bolsas y mochilas, unas 500 personas salieron de la gran terminal de transporte de San Pedro Sula, 180 kilómetros al norte de Tegucigalpa, rumbo a Corinto, frontera con Guatemala, describió el diario La Prensa, entre otros.
Decenas de hombres y mujeres, algunos con niños, se habían congregado desde la tarde del viernes en la terminal.
En la madrugada salieron unas cien personas y con las primeras luces del sábado empezaron los demás a caminar por la orilla de la carretera, bajo un fuerte sol y alta temperatura, describió la prensa.
"A los hondureños se sumaron nicaragUenses, haitianos, venezolanos y africanos que cruzan diferentes fronteras por puntos ciegos, caminando hacia Estados Unidos en una corriente migratoria interminable, aunque la inmensa mayoría no logra cruzar desde México", escribió La Prensa de Honduras.
En tanto, en la frontera de Guatemala, tras el aviso de autoridades de migración sobre la caravana, la fuerza pública y el Ejército desplegó en las fronteras con Honduras a cientos de efectivos para evitar el paso a territorio guatemalteco.
Mientras esto sucedía, decenas de personas originarias de países como Venezuela, Haití, Cuba, Perú, Nicaragua y Honduras trataban de caminar hacia el norte sin ser interceptados por la policía.
En Esquipulas, un equipo de Guatevisión y Prensa Libre de Guatemala observó como la Policía Nacional Civil ejecutaba operativos de inspección, mientras un migrante originario de Honduras le pedía insistentemente que lo dejara continuar.
Algunos, incluso denuncian que son extorsionados por la policía, mientras que la institución indica que en estos operativos hay personal de la Inspectoría General verificando el actuar de los agentes.
"Nos dicen que si no tenemos plata para pagarles nos regresan a la frontera con Honduras", dijo Karla, una mujer venezolana que pide a las autoridades que los dejen seguir caminando, reflejó Prensa Libre de Guatemala en su portal online.
Un grupo de unos 100 migrantes que burlaron los controles migratorio fueron retenidos en el kilómetro 303 en jurisdicción de Izabal, cerca de la frontera, y ante la negativa de continuar la caminata lanzaron piedras y objetos contundentes a las fuerzas de seguridad guatemaltecas.
La agresión dejó una decena de agentes con golpes o heridas en la cabeza, señalaron autoridades, que buscaban un acuerdo con las personas para un retorno voluntario a Honduras.
La última caravana de unas 7,000 personas salió en enero del 2021 y fue desarticulada en Guatemala, al ser reprimida con palos y gases lacrimógenas por cientos de soldados, por lo que los migrantes tuvieron que regresar a Honduras.
Una docena de caravanas han emprendido la marcha desde octubre de 2018 desde San Pedro Sula. La mayoría han fracasado por los bloqueos de las autoridades estadounidenses.
Los migrantes aducen falta de oportunidades para tener una vida digna, la violencia de los narcotraficantes y pandilleros que los acorralan en sus comunidades y los fenómenos naturales como inundaciones y sequías ocasionadas por el cambio climático, además de condiciones de extrema pobreza.