Será un paquete de sanciones draconianas y extensas, y tendrá profundos efectos económicos para Rusia, si el Kremlin osa invadir militarmente a Ucrania.
Las medidas que Estados Unidos y la UE están ultimando en caso de agresión contra Ucrania podrían no tener precedentes en la historia reciente de las relaciones entre Occidente y Rusia.
La Comisión Europea lleva semanas trabajando en el paquete en busca de un delicado equilibrio: todos los países están de acuerdo en tener un arsenal de sanciones listo para desplegar en caso de ataque.
Pero sobre las medidas individuales y sobre la línea roja a considerar para desencadenarlas, no se da por sentada la unanimidad. El escenario ve a los Países Bajos y los países bálticos y del Este (excluyendo Hungría) entre los "halcones", mientras que otros, como Italia, Alemania o Francia, se ubican en una línea más cautelosa.
Estas son los trazos de esas medidas: - EL CÍRCULO DE PUTIN. Son medidas individuales destinadas a golpear al círculo íntimo, incluidas las familias, del zar. Fue la administración estadounidense la que se hizo cargo de este paquete, que incluirá sanciones económicas y prohibiciones de tráfico en la UE y EE.UU.
Se trata de "objetivos especialmente vulnerables" debido a sus vínculos financieros muy estrechos con los países occidentales, explicó hace unos días la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki. Y en la lista negra, entre oligarcas y personalidades cercanas a Putin, también podría acabar Alina Kabaeva, medalla de oro olímpica en 2004.
- BANCOS. El paquete en esta área aún está en discusión. La expulsión de Rusia de Swift, el sistema de pagos internacional, parece descartada por la oposición de varios países de la UE, con Alemania a la cabeza.
Tal sanción pondría en peligro la devolución por parte de los rusos de miles de millones de dólares que los europeos han prestado. Por otro lado, es casi seguro que las sanciones afectarán a bancos rusos como Sberbank o el paraestatal VTB.
Ya con motivo de la invasión de Crimea, Washington había decidido impedir la acumulación de capital en Estados Unidos para las dos instituciones, que esta vez, sin embargo, acabarían directamente en la lista negra.
- ALTA TECNOLOGÍA. Es el corazón del paquete de sanciones comerciales y consiste en detener la transferencia de tecnologías a las industrias rusas.
Las medidas incluirían sectores como la inteligencia artificial, la computación cuántica, la aviación civil o la aeroespacial. Pero el cese de las exportaciones también podría privar a los ciudadanos rusos de teléfonos inteligentes, tabletas y videojuegos.
- ENERGÍA. Es el sector en el que podría estancarse la búsqueda de unanimidad de los países miembros. Las medidas podrían incluir el cese de nuevas exploraciones de gas (o la financiación de estas actividades) por parte de empresas occidentales y la transferencia de tecnologías para la industria energética rusa.
Tendrían un impacto muy fuerte. Baste decir que la británica BP posee el 20% de la petrolera rusa Rosneft o que Shell se ha unido a la estadounidense Exxon en la exploración de gas y petróleo frente a la isla de Sajalín.
Y luego está el nudo de Nord Stream 2, el gasoducto que unirá Rusia y Alemania. La interrupción del proyecto aún podría terminar en el paquete a pesar de las dudas de Berlín.
- LA LÍNEA ROJA. En los últimos días ha estado en el centro del debate entre los países de la UE. La tesis predominante, apoyada por las principales capitales europeas, incluida Roma, es que las sanciones se activan en caso de "botas sobre el terreno", es decir, una invasión real de las tropas rusas.
Los ataques cibernéticos o incluso los disturbios dentro del estado ucraniano podrían desencadenar sanciones "proporcionales" a la causa subyacente.