Estados Unidos está detrás del desarrollo de su propia moneda digital, que contará con el respaldo de la Reserva Federal. El objetivo es preservar la centralidad del dólar estadounidense en el sistema financiero global" y limitar la adopción del bitcoin y el ethereum, entre otras monedas digitales.
La medida es parte de una amplia orden ejecutiva que el presidente Joe Biden firmó hoy, instruyendo al gobierno federal a explorar posibles usos y regulaciones para activos digitales como las criptomonedas.
"Mi gobierno otorga la máxima urgencia a los esfuerzos de investigación y desarrollo en las posibles opciones de diseño e implementación de una CBDC (moneda digital del Banco Central) de los Estados Unidos", se lee en la orden ejecutiva.
La orden solicita a una amplia variedad de agencias que comiencen a investigar y presenten informes sobre una variedad de temas relacionados con las monedas digitales, desde el diseño y la seguridad hasta los impactos financieros y sociales. "Sabemos que las implicancias de la emisión potencial de un dólar digital son profundas", dijo un alto funcionario de la Casa Blanca.
Aunque una moneda digital estadounidense no necesariamente cambiaría mucho en términos de experiencias cotidianas como la compra de bienes y servicios, los economistas alegan que podría transformar la banca central y comercial, así como las sanciones gubernamentales, la accesibilidad bancaria y los impuestos.
"El potencial aquí es enorme y muy interesante", aseguró David Yermack, profesor y presidente del departamento de finanzas de la Universidad de Nueva York. La Reserva Federal (FED) publicó un libro blanco en enero sobre la posible creación de una CBDC que podría complementar los sistemas de pago existentes.
La FED encontró que una CBDC podría hacer que los pagos fueran más baratos y fáciles para los consumidores, pero también podría representar un riesgo para la estabilidad del sistema financiero estadounidense.
En su hoja informativa, el gobierno de Biden señaló que también tomaría medidas para "mitigar las finanzas ilícitas y los riesgos de seguridad nacional que plantea el uso ilícito de activos digitales".
Estados Unidos no sería el primer país con una moneda digital. China ha introducido su propia CBDC, con más de 140 millones de personas que han abierto "carteras" digitales. Muchas otras naciones están en el camino de desarrollar su propia moneda digital.
Si bien la hoja informativa de la Casa Blanca no proporcionó ningún detalle sobre cómo podría funcionar una moneda digital de Estados Unidos, Yermack sugirió que la funcionalidad podría ser razonablemente simple, con transacciones que fluyen directamente hacia y desde la Reserva Federal, eludiendo bancos y sistemas de pago y creando flujos casi continuos de efectivo.