El informe anual de Amnistía Internacional (AI) arrojó que en 2021 y en medio de la pandemia de Covid-19, la región de las Américas siguió siendo "la más letal para quienes defienden los derechos humanos y se dedican al activismo medioambiental". A dos años del inicio de la crisis sanitaria mundial, esta región es la que tiene más muertes causadas por el coronavirus, recordó.
"Es intolerable y una vergüenza que, en lugar de abordar las injusticias y las arraigadas desigualdades que afectan a las Américas desde hace generaciones y que agravaron el impacto de la pandemia, muchos gobiernos hayan tratado de silenciar y reprimir a quienes protestan pacíficamente y alzan la voz para reclamar un mundo más seguro, más justo y más compasivo", subrayó Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Aunque esta zona del mundo ha alcanzado el segundo índice de vacunación per cápita más alto del mundo, con Cuba y Chile a la cabeza, (con el 90% de su población inoculada), el acceso desigual ha debilitado la protección en países como Haití, donde al 10 de marzo de 2022 se había vacunado a menos del 2% de la población. El informe documentó los esfuerzos para acallar las voces independientes y críticas y la represión contra quienes luchan por los derechos a de expresión, asociación y reunión pacífica.
En Estados Unidos, al menos 36 estados presentaron 80 proyectos que limitan el derecho a la libertad de reunión pacífica; en Colombia, la represión a quienes protestaban durante el Paro Nacional del pasado año, dejó 46 muertes, 3.275 detenciones arbitrarias, más de 100 traumas oculares y 49 denuncias de violencia sexual. En Cuba, las autoridades detuvieron a centenares de personas durante las históricas protestas del pasado mes de julio y prohibieron otra marcha para exigir su libertad en octubre, además de recurrir a cortes de Internet para impedir que la gente compartiera información sobre la represión y se organizase en respuesta.
Decenas de periodistas y personas que trabajaban en medios de comunicación fueron objeto de amenazas, ataques y detenciones en toda la región, donde México sigue siendo el país más letal tras registrar nueve homicidios en 2021 y al menos otros ocho a principios de 2022. Mencionó el uso de fuerza excesiva e innecesaria, la más mortífera de la policía en Río de Janeiro que dejó 27 residentes muertos en la favela de Jacarezinho. En Estados Unidos, la policía mató a tiros a 888 personas en 2021, lo que afectó de forma desproporcionada a las personas negras.
"Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Perú y Venezuela continuaron permitiendo el desarrollo de importantes proyectos extractivos, agrícolas y de infraestructura sin obtener el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas afectados, y a veces a pesar de las órdenes judiciales de suspender las operaciones", detalló. Acusó también al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se seguir fomentando la deforestación y la extracción de recursos naturales en la Amazonía, lo que agravó el impacto de la crisis climática en las tierras y territorios de los pueblos indígenas y dio pie a acusaciones de genocidio y ecocidio ante la Corte Penal Internacional.
Frente a la ola migratoria, denunció que a lo largo de 2021 "decenas de miles de personas -en su mayoría de Guatemala, Haití, Honduras y Venezuela- huyeron de violaciones de derechos humanos relacionadas con la violencia, la desigualdad y el cambio climático. No obstante, Canadá, Chile, Curazao, Estados Unidos, México, Perú y Trinidad y Tobago siguieron prohibiendo la entrada y violaron el derecho internacional al deportar sin estudiar debidamente sus solicitudes, a quienes consiguieron cruzar sus fronteras".
En materia de diversidad sexual, Amnistía reconoció "algunos avances limitados en el reconocimiento de los derechos de las personas LGBTI: Argentina introdujo tarjetas de identidad en las que se reconocía a quienes se identificaban como personas no binarias y aprobó una ley para promover el empleo de las personas trans. En Chile se aprobó el matrimonio igualitario.
En las Américas se denunciaron 316 de los 375 asesinatos de personas trans y de género diverso perpetrados en todo el mundo entre octubre de 2020 y septiembre de 2021; Brasil registró 125 homicidios, más que ningún otro país del planeta. Muchos gobiernos no hicieron lo suficiente para dar prioridad a la salud sexual y reproductiva. Faltan servicios esenciales, el aborto sin riesgos sigue criminalizado en la mayoría de los países y en El Salvador, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua y la República Dominicana, se mantenía la prohibición total del aborto. En Estados Unidos, varios gobiernos estatales introdujeron más restricciones que en ningún otro año y Texas promulgó una prohibición casi total que criminaliza el aborto a partir de sólo seis semanas de embarazo.
La violencia de género, que sigue siendo uno de los principales motivos de preocupación en toda la región. México registró 3.716 homicidios de mujeres en 2021, de los que 969 fueron investigados como feminicidios, mientras las fuerzas de seguridad mexicanas usaban fuerza excesiva, detenciones arbitrarias y la violencia sexual contra las mujeres que protestaban. Tanto en Paraguay como en Puerto Rico se declaró el estado de emergencia debido al aumento de la violencia contra las mujeres; también hubo un incremento significativo de este tipo de violencia en Perú y Uruguay.
Sin embargo, recogió el informe, "el vibrante movimiento feminista de América Latina siguió cobrando fuerza sin desmayo desde que Argentina legalizó el aborto a finales de 2020: la Suprema Corte de Justicia de México declaró inconstitucional la criminalización del aborto en septiembre de 2021 y, en febrero de 2022, la Corte Constitucional de Colombia despenalizó el aborto en las primeras 24 semanas de embarazo".
"Desde Argentina hasta Colombia, la marea verde ha generado un impulso incontenible y ha demostrado que es posible el cambio incluso en situaciones aparentemente desesperadas. Las activistas feministas de las Américas son una inspiración para que, en todo el mundo, no dejemos nunca de defender los derechos humanos", concluyó Erika Guevara.