por Stefano Casini
Al mes y medio de una guerra que debía durar 3 días, Estados Unidos no quiere ningún acuerdo de paz, con el único epílogo del conflicto que parece ser para Washington. En todos los casos, de cuqlauier manera, estamos considerando una pérdida de poder de Vladimir Putin. Nietzsche hubiera dicho “lo demás es una consecuencia”, pero hay que lidiar con los discursos retóricos de los que están frente a una cámara y que insisten con decir que un alto el fuego es inminente, pero después vitorean la continuación de la guerra, los muertos rusos y los ataques ucranianos.
La Agencia italiana AGI difundió una noticia sobre una reunión en el Pentágono con la presencia de las ocho principales empresas productoras de armas de los Estados Unidos.
La reunión había sido anunciada por Reuters justo cuando Joe Biden había decidido mandar otros 750 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania. En pocas palabras, la Casa Blanca habría pedido al lobby de armas que produjera sistemas más pequeños, como los misiles antitanque Javelin y los misiles antiaéreos Stinger, que están haciendo estragos entre los blindados rusos en territorio ucraniano. Esto significa dos cosas: los almacenes del ejército de los EE. UU. están vacíos después de los envíos diarios de armas a Kiev, pero también que Ucrania perdió muchos activos y recursos desde el comienzo de las hostilidades. Los analistas y el mismo Biden, consideran que estamos frente a una guerra larga y desastrosa, no solamente por las víctimas, los refugiados o las ciudades arrasadas, sino también para la economía mundial. Gas, crudo y Grano están subiendo a las nubes, así como el Oro o los Bitcoins. Tengo un amigo italiano que compró 100 bitoins hace 12 años a 70 dólares cada uno: hoy, el valor del Bitoin es de 46.000 dólares aproximadamente!!
Esta cumbre en el Pentágono fue una prueba más de cómo Estados Unidos quiere dotar a Ucrania de armas cada vez más eficaces y de altísima tecnología, con la esperanza de que el ejército de Kiev pueda empantanar a Rusia en una agotadora y larga guerra. No importa tanto que exista la tragedia de un pueblo y una nación que se está vaciando por los refugiados y los muertos de cada día, los intereses que están en juego están muy por encima, a pesar que, a todos los gobiernos del planeta, esto se les está yendo de las manos.
USA quisiera directamente matar a Vladimir Putin, rompiendo el eje Moscú-Pekín, una perspectiva demasiado buena para Estados Unidos: no es casualidad que Washington haya intentado desestabilizar cualquier intento de acuerdo diplomático entre Rusia y Ucrania. Incluso la ONU ha tenido que admitir que "por el momento hay cero posibilidades de un alto el fuego". Pero queda una cuestión que Biden, no tuvo en cuenta: si esta guerra le fuera a ir cada vez peor a Putin, ¿estamos seguros que, en su locura, el presidente ruso no considere manotear sus 1.588 ojivas nucleares?
POTENCIAL PODER INMEDIATO RUSO
De un total de casi 6.000 bombas nucleares disponibles, Moscú tiene 812 listas para usar con misiles posicionados en silos subterraneos que se pueden lanzar desde tierra, 576 en submarinos y 200 en bombarderos, sin olvidar que el ejército ruso posee también los temibles misiles hipersónicos que, hasta ahora no se usaron.
En realidad, al estado de hoy, solo Papa Francisco está hablando de paz, mientras el mundo entero, o casi, tomó una posición anti-Putin, considerándolo el Hitler del siglo XXI. La voluntad de Finlandia y Suecia de unirse a la OTAN, el envío de armas cada vez más ofensivas y la creciente tensión entre China y los Estados Unidos, son fuertes síntomas de alarma para una posible ampliación de una guerra que pronto podría tomar la forma de un conflicto mundial. En este escenario, el único gran actor internacional que lleva semanas luchando de verdad por la paz es Bergoglio desde el Vaticano. El Pontífice tomó papel y lápiz escribiendo una carta abierta al Corriere della Sera. Leemos en unos tramos de la carta:
“Ante las imágenes desgarradoras que vemos todos los días, ante el grito de niños y mujeres, solo podemos gritar: ¡Alto!. ¡La guerra no es la solución, la guerra es una locura, la guerra es un monstruo, la guerra es un cáncer que se alimenta a sí mismo y lo engulle todo! El odio, antes de que sea demasiado tarde, debe ser erradicado de los corazones. Y para ello hace falta el diálogo, la negociación, la escucha, la diplomacia y la creatividad, una política con visión de futuro capaz de construir un nuevo sistema de convivencia que ya no se base en las armas, en el poder de las armas, en la disuasión. Toda guerra representa no sólo una derrota de la política, sino también una rendición vergonzosa frente a las fuerzas del mal.”