Un gasoducto submarino que una España a Italia es una de las apuestas de Europa para reducir su dependencia del gas ruso, que pondría "el gas del sistema español en el corazón del sistema gasista europeo", dijo hoy el consejero delegado de Enagás, operador del sistema gasista español, a un grupo de corresponsales, ANSA entre ellos. Enagás y la gasista italiana SNAM firmaron este mes un memorando de entendimiento para explorar la viabilidad del proyecto y "en tres meses presentaremos las conclusiones del estudio", informó Arturo Gonzalo, en la sede central de Enagás, en Madrid.
La Comisión Europea (CE) apuesta por este tubo de 700 kilómetros entre Barcelona y Livorno, con una inversión de entre 2.500 y 3.000 millones de euros, que estaría listo entre uno y dos años, tal como figura en el RepowerUE, el plan europeo para afrontar la desconexión del petróleo y gas rusos. "Como la infraestructura es submarina, es mucho más rápida y sencilla de hacerla que si fuera por tierra", apunta Gonzalo. Se trataría de descargar Gas Natural licuado en el puerto de Barcelona, la planta más grande de Europa, regasificarlo y llevarlo por el tubo. "Este gasoducto tiene un gran atractivo porque pone el gas del sistema español en el corazón del sistema gasista europeo, que es Italia", subraya el consejero delegado de Enagás. España tiene operativa en la actualidad el 34% de la regasificación de la Unión Europea (UE) y el 45% del almacenamiento de gas natural licuado en tanques de la UE. La UE importó en 2021 un total de 155 bcm (mil millones de metros cúbicos) de Rusia, el 40% del gas que consume Europa.
España tiene una capacidad excedentaria en las plantas de 20 bcm. "No podemos reemplazar el gas ruso, pero sí creemos que podemos cumplir los objetivos que se ha marcado la UE de reducir en dos terceras partes la dependencia del gas ruso en 2022, para lo que poner los 20 bcm que tienen las plantas españolas a disposición de la UE será una parte relevante material de la respuesta", señala Gonzalo. La CE también prevé la construcción de un tercer tubo entre España y Francia -aparte de los dos que ya están en funcionamiento-, que las autoridades francesas siempre se negaron a construir.
"Hasta ahora el flujo natural de los dos tubos, que son reversibles, era que el gas iba de Francia a España. Pero tras la invasión de Ucrania, la conexión se ha invertido y ahora se exporta a Francia, por primera vez de una forma sostenida. Ayer el gas que pasó por esos tubos fue 100% de exportación a Francia", cuentan en la sala de control de Enagás, donde se dan las órdenes para que la oferta llegue hasta donde se encuentra la demanda. Aquí se monitorizan 13.500 kilómetros de gasoductos de transporte de gas. España tiene seis conexiones internacionales: además de las dos con Francia, tiene otras dos con Portugal y las mismas con Argelia. La tercera conexión con Francia, "de hasta 7 bcm tendría un coste de entre 600 y 800 millones de euros y se podría ejecutar en dos años y medio", apunta Gonzalo.
La infraestructura estaría preparada al 100% para transportar hidrógeno, como todas las que se hagan a partir de ahora: "En realidad, es un hidrogenoducto que se puede usar para gas", subraya. "Las infraestructuras de hoy serán de descarbonización mañana. El hidrogeno verde servirá para utilizar recurso autóctono de la UE y perseguir la descarbonización", subraya Gonzalo, lo que "nos va a hacer más resilientes", apunta. El RepowerUE prevé que para 2030 la UE pase de consumir 5 millones de toneladas de hidrógeno verde al año a consumir cuatro veces más, 20 millones, de las que 10 millones se deberán producir en Europa y el resto importar del norte de África. "Vamos a un sistema integrado de electricidad renovable e hidrogeno renovable", apunta Gonzalov