La pregunta fundamental para determinar la respuesta política, la estrategia y para definir incluso la base social de una alternativa, que no son solo los pobres, los indigentes, o los trabajadores, sino un espectro mucho más amplio de la sociedad uruguaya por los intereses que afecta el actual modelo y por la amplitud de las ideas y los proyectos de una alternativa, de un Proyecto Nacional.
La orientación principal, madre del modelo es económica, es de una profunda redistribución de la riqueza y de la renta y se basa en un proyecto político en marcha, con el lacallismo como eje central, con sus aliados aceptando el papel de seguidores refunfuñando o dóciles y como no podía ser de otra manera han construido su discurso, su relato, es decir sus argumentos para la batalla "cultural", en realidad ideológica. La "libertad responsable", hasta la bautizaron. No lo hacen por maldad, lo hacen por ideología, por convicción. Pero vaya si tienen orientación.
Cuando la "libertad responsable" pasa de la pandemia a la vida cotidiana, a la realidad social, al nivel de los ingresos de la mayoría de los hogares uruguayos en caída libre desde hace 3 años mientras un sector extremadamente reducido acumula 9.000 millones de dólares de ganancias en menos de tres años. Esa es la "libertad responsable" de perder nivel de vida, de que la pobreza sea en zonas importantes, hambre, que se reduzcan los ingresos y las expectativas de amplios sectores de las capas medias, pero también sectores de la producción nacional y micro, pequeñas y medianas empresas, que no se salvaron y caminan por el pretil.
Y simultáneamente el país crece por los precios de novela de los comodities que exportamos y sus resultados se concentran en sectores muy reducidos, solo algunos sectores de la producción, como por ejemplo las nuevas tecnologías se salvan de esta morsa, pero tientan a empresas mayores del exterior y se las compran, en cadena y en todos los sectores, incluso los de punta de las nuevas tecnologías.
El gobierno en los temas que les interesa tiene planes bien armados, el ejemplo más claro es la celeridad y la barbaridad con la que entregaron el Puerto de Montevideo a los belgas, violando todo lo que había para violar, incluso el decoro.
¿Alguien puede creer seriamente que luego de tres años de gobierno que se haya producido la mayor redistribución de la riqueza y de la renta desde la salida de la dictadura, es por dejadez, por falta de orientación?
Otro ejemplo, el gobierno tienen planes en materia del manejo de empresas públicas, de ciertas obras públicas, por ejemplo la potabilización del agua, las telecomunicaciones, en apropiarse de las mismas obras de infraestructura o de empresas creadas durante los gobiernos anteriores, UPM2, Ferrocarril Central, línea marítima desde Juan Lacaze, para tomar solo algunos ejemplos.
Tienen planes, los históricos pero multiplicados de seguir concentrando todo el poder y sobre todo el dinero, aquí en Montevideo, desandando un proceso de descentralización a pesar de que gobiernan la mayoría de los departamentos y de los municipios del país.
Tienen planes de impulsar la reforma de la seguridad social pero no quieren escribir una letra negro sobre blanco del proyecto concreto y de los cambios en todo el sistema y en las diferentes cajas. Para eso si quieren acordar, sobre todo quien lleva la carga política.
Tienen planes de imponer por decreto, sin ni siquiera pasar por el parlamento la reforma de la educación, o algo con menos pompa, pero los cambios que hay que efectuar sin la participación de los docentes. Ese ya sería el cambio fundamental, de orientación y de la esencia de la educación.
Donde no tienen planes es sobre el turismo, andan a tientas, corriendo de atrás los profundos cambios mundiales y regionales con abundante "libertad responsable" de que sobreviva el que puede. E insistiendo en que la pandemia es una explicación para siempre.
Pero lo fundamental, el resumen de todo es que su plan principal es cuidar el déficit fiscal, es decir los recursos del Estado para cubrir todas las necesidades y políticas, reducido al máximo posible. Ya lo verán en todo su esplendor en la Rendición de Cuentas. No se impacienten.
¿Ustedes creen que el dólar por el suelo, sin que las cadenas agropecuarias-industriales chiten, es una casualidad o el resultado del mercado mundial? Es plan, puro plan, es aprovechar las circunstancias.
Y podríamos seguir con muchos otros ejemplos. Lo que si es cierto que en política internacional y en comercio internacional, fuera de genéricas declaraciones de abrirse al mundo, los TLC con China y Turquía se desvanecieron en la niebla. Y no tienen nada más que viajes a granel, con la bandera de la confiabilidad de Uruguay y el desastre de la Argentina. Generosamente.
No es una simple precisión en la redacción, es un eje para definir cuál es la amplitud del bloque social y político de los cambios. Y es muy amplio, porque esta orientación y estos planes llevan al conjunto del país al fracaso y al éxito rutilante de unos pocos. Ya lo conocemos y con ese modelo y sus diversas variantes siempre nos fue mal como país.
Este es el principio de una nueva decadencia. Tuvimos último gobierno del Frente Amplio de flotación, pero comparado con este era un tornado. No debemos volver ni ofrecerle a nadie volver atrás a flotar, se necesita una nueva generación de cambios, en un mundo y una región que ha cambiado mucho y seguirá cambiando, pero sobre todo en un país que está retrocediendo a sus viejas épocas de decadencia y que apuesta todo a un envión final que oculte el fracaso. Con nuevos problemas, medio ambiente-trabajo-progresos; tecnologías - inteligencia artificial-trabajo y derechos sociales; educación, cultura y convivencia; enfrentamiento y derrota del crimen organizado: droga-armas-trata y finanzas; salud-prevención-sistema integrado y progresando.
Por eso hace falta construir programáticamente, idealmente y políticamente una ALTERNATIVA que requiere imaginación, audacia, realismo pero que no se confunda con conformismo. El Uruguay está para mucho más.