BOGOTÁ - La salsa, ese ritmo musical que nació en los años 60 en las calles latinas de Nueva York y que ha sido la banda sonora y excusa de baile de varias generaciones en el Caribe y las Antillas, se convirtió en "Patrimonio Cultural Inmaterial" de Colombia.
La designación, por parte de Consejo Nacional de Patrimonio y el Ministerio de Cultura, abarca el complejo musical dancístico de la salsa caleña, puesto que Cali es la capital mundial de este ritmo y epicentro de escuelas de su baile que se marca con los golpes del tambor, la fuerza de las trompetas, sazonado con las voces de sus intérpretes.
Que la salsa caleña y su entramado cultural sean a partir de ahora patrimonio inmaterial del país significa que esa ciudad deberá velar por la preservación de ese acervo, que va desde la música hasta los grupos de baile.
"Es decir, debemos cuidar el universo creativo de la salsa caleña", sintetizó Ronald Mayorga, secretario de Cultura Distrital de Cali. Mucho antes de la decisión de convertir la salsa caleña en patrimonio cultural del país, esa música y sus desarrollos ya había contribuido a salvar vidas, a través de escuelas de formación de bailarines.
Muchos de esos cientos de bailarines son jóvenes de barrios empobrecidos que han encontrado en este tipo de danza una forma de vida y subsistencia, eso sin contar con las orquestas y agrupaciones formadas alrededor de este ritmo, así como los coreógrafos y los vestuaristas, entre otros.
Jorge Iván Ospina, alcalde de Cali, calificó este logro como un "desafío" porque compromete a la ciudad a fomentar la "evolución" de este género musical, la consolidación tanto de la "red de bailarines" locales como los "proyectos culturales" alrededor de esta música, incluidas las fiestas y lugares públicos como el salsódromo.