La isla de Rapa Nui (Isla de Pascua), uno de los destinos turísticos más relevantes de Chile, reabrió al turismo internacional luego de dos años cerrada a los visitantes como consecuencia de la larga pandemia de coronavirus. La isla recibió el primer vuelo el jueves 4 de agosto, y este sábado está recibiendo el segundo, ambos con capacidad completa (300 pasajeros). Por el momento, se trata en su mayoría de turistas nacionales. Fuentes locales señalaron que el acuerdo con Latam Airlines establece mantener dos vuelos a la semana a lo largo de agosto y, a partir de septiembre, aumentarlos a tres. "Nosotros nos capacitamos y preparamos, los hoteles, los restaurantes, los mercados, las boutiques, porque la isla es 100% economía de turismo", expresó el alcalde de Rapa Nui, Pedro Edmunds, al referirse a la apertura del destino internacional.
Desde la Federación de Empresas de Turismo de Chile (FEDETUR), en tanto, señalaron que valoran la apertura, debido a que se hacía insostenible continuar con la isla cerrada a los visitantes, un duro golpe para las arcas del gobierno local. Los empresarios del sector se manifestaron, sin embargo, cautos al momento de evaluar el impacto que tendrá la medida, debido a que la cantidad de turistas extranjeros que ingresan sigue siendo acotado. "Se da esta reapertura en momentos que la llegada de turistas extranjeros sigue frenada porque Chile mantiene restricciones para ingresar al territorio nacional, como la homologación de vacunas y PCR aleatorios", indicó la vicepresidenta ejecutiva de Fedetur, Helen Kouyoumdjian. Los protocolos sanitarios para ingresar a la Isla de Pascua son los siguientes: Un examen PCR negativo al momento de subir al avión en el Aeropuerto de Santiago, y un test de antígenos luego de entrar a la isla. La Isla de Pascua, territorio de Chile, es una remota isla volcánica en la Polinesia, cuyo nombre nativo es Rapa Nui. Es famosa por sus sitios arqueológicos, incluidas cerca de 900 estatuas monumentales llamadas "moáis", creadas por los habitantes entre los siglos XIII y XVI. Se trata de figuras humanas talladas con cabezas demasiado grandes, a menudo, apoyados sobre enormes pedestales de piedra llamados ahus. Estos gigantes de piedra fueron hechos por los Rapa Nui para representar a sus ancestros, gobernantes o antepasados importantes, que después de muertos tenían la capacidad de extender su "mana" o poder espiritual sobre la tribu, para protegerla.