La administración de Joe Biden pondrá fin a las vacunas y tratamientos contra el Covid pagados con el dinero público, trasladando el control a la industria sanitaria con posibles importantes implicaciones para las empresas y afiliados.
Con los casos de Covid en descenso, la reanudación de las actividades y los fondos públicos a disposición casi agotados, el gobierno estadounidense se prepara para una transición que traslada los importes de lo público a lo privado, con probables aumentos de los costos para los afiliados y un aumento de las utilidades para las empresas que fabrican las vacunas contra el Covid.
Un cambio que presenta dificultades, en primer lugar por la disponibilidad de vacunas y tratamientos para quienes no tienen una aseguradora médica. Hasta ahora el gobierno federal adquirió los antídotos y los dispuso en forma gratuita.