por Stefano Casini
Cuando hablamos de 3 monstruos sagrados del futbol que juegan en un mismo equipo y no se llevan bien entre ellos, estamos frente a un problema serio. A pesar que el PSG sigue siendo el equipo “monopolizador” de los campeonatos franceses, Messi, Neymar y M’Bappé, tienen serios problemas que no preocupan solamente al nuevo técnico Chistophe Galtier, sucesor de Mauricio Pochettino, ese argentino que no tiene techo y se ha puesto a la altura de los Guardiola o los Mourinho, sino que al mismo Presidente Al-Khelaifi.
Nadie pone en discusión la espectacularidad del tridente Messi-Neymar-Mbappé, que, todos las semanas enorgullece a los parisinos, a pesar que el equipo no es de capitales franceses sino de Nasser Al-Khelaïfi, el empresario katarí de 48 años. Lo que solo se logró hacer en una PlayStation, el PSG lo hizo en una cancha de futbol. El problema es que, 2 de los 3 odian al tercero, si, por tercero, consideramos a M’Bappé, encima de que, el sentimiento es correspondido.
Dos videos sobre el mismo episodio dieron la vuelta al mundo siendo escenas acontecidos con unos segundos de diferencia. Empezando un partido de la Ligue 1 frente al Montpellier, Mbappé pasó y empujó “mal” a Messi. El ídolo argentino recibió el golpe y lo miró asombrado y con cara de enojo. Lionel, es preciso aclararlo, es muy amigo de Neymar, a pesar de la rivalidad Argentina-Brasil. Sea Messi que Neymar no miraron con placer el hecho que, en el verano, el presidente Al-Khelaifi le pagó millones de Euro al delantero francés para que se quedara en París y para robárselo a su peor enemigo Florentino Pérez, Presidente del Real Madrid.
Neymar y Mbappé pelean por un penalti - Luego de haber golpeado sin razón a Messi, Mbappé se dirigió hacia Neymar, para intentar sacarle la pelota de la mano y ejecutar un penal. El lanzador del penal del PSG, según el nuevo técnico Galtier, es Mbappé, sin embargo Neymar había tomado la pelota porque el francés había errado uno poco antes, por lo que se sintió con derecho a patearlo. “Fallaste, ahora es mi turno” - le dijo a MBappé. En ese momento, los dos charlaron un poco inclinados sobre el disco blanco.
Al final, apareció Neymar, Mbappé se fue molesto pero, el brasileño anotó y los hinchas festejaron. De cualquier manera el PSG es hoy es un polvorín pronto para un incendio. Quizá sea suficiente esperar al próximo penal que un juez le conceda al PSG. El anterior fue una pelea cerrada entre Messi y Sergio Ramos, siempre uno de los malos de la película.
El nerviosismo del PSG no afecta sólo a los atacantes. Hace unas semanas, en un entrenamiento, Messi y Sergio Ramos fueron los protagonistas de un intercambio de palabrotas en un entrenamiento. Primer golpe y posterior venganza. Los dos, ex bandera de Barcelona y Real Madrid, casi llegaron a las manos.
STEFANO CASINI