El papa Francisco se reunió con un grupo de salesianos con motivo de la canonización del enfermero ítalo-argentino Artemide Zatti el domingo, en San Pedro, nacido en Boretto (Reggio Emilia) y que fue un "migrante" en Argentina donde conoció a los misioneros de Don Bosco.
"Los salesianos llegaron a Argentina en 1875 e inicialmente realizaron su apostolado, en Buenos Aires. En Buenos Aires no iban al barrio más importante sino que iban a Boca donde estaban los comunistas, los socialistas, los comedores de sacerdotes, los salesianos iban allí, y en otros lugares, especialmente en favor de los emigrantes italianos", recordó este sábado el Papa argentino.
"Artemide se reunió con los salesianos en Bahía Blanca, donde en 1897 él y su familia habían llegado de Italia", precisó.
Era "pariente de todos los pobres", subrayó el Papa hablando de Zatti y señaló que "los salesianos son los grandes educadores del corazón".
Luego Jorge Bergoglio relató "una experiencia personal.
Cuando yo era Provincial de los jesuitas de Argentina, conocí la historia de Artemide Zatti, leí su biografía y le encomendé la petición al Señor de las santas vocaciones para laicos de vida consagrada por la Compañía de Jesús. Desde que comenzamos a orar por su intercesión, aumentó considerablemente el número de jóvenes coadjutores, y eran perseverantes y muy comprometidos. Y así di testimonio de esta gracia que hemos recibido", completó.
El enfermero ítalo-argentino Artémides Zatti, conocido por su labor en la Patagonia (extremo sur argentino) al servicio de las personas necesitadas durante los inicios del siglo XX, y que enfocó su labor en "las casas humildes de las periferias", será proclamado Santo este domingo, luego de que el Vaticano confirmara un milagro atribuido a su intercesión.
Nacido en Boretto (Regio Emilia) el 12 de octubre de 1880, Zatti vivió en Argentina desde 1897 hasta su muerte en 1951, en donde desarrolló una carrera como enfermero que lo acercó a los más necesitados a partir de su incorporación al movimiento de los Salesianos de Don Bosco.
Su pasión por el trabajo en la Patagonia lo llevó incluso a obtener la ciudadanía argentina en 1914.
A más de 70 años de su muerte y cuando se encamina a ser proclamado santo, Zatti es reconocido en su Viedma adoptiva (ciudad de la Patagonia argentina) con un monumento y, desde 1975, un hospital regional lleva su nombre.
"En esa pequeña porción de tierra de la Patagonia donde transcurrió la vida de nuestro beato, volvió a escribirse una página del Evangelio: el Buen Samaritano encontró en él un corazón, unas manos y una pasión, principalmente para los pequeños, los pobres, los pecadores y los últimos", destacó hoy Francisco.
El Vaticano señalará mañana que Zatti "amaba servir a quienes no tenían nada, en las casas humildes de las periferias". "Para atender a los enfermos en su domicilio recorría la ciudad en bicicleta e, incluso, cruzaba Río Negro para llegar a Patagones. Vestido con la bata y llevando el maletín con medicinas e instrumentos, sostenía el manubrio con una mano y con la otra desgranaba las cuentas del Rosario", plantea un tramo de la biografía de la Santa Sede conocida hoy.
El milagro, sin explicación médica según el informe del tribunal canónico que lo aprobó, se dio con la curación repentina del paciente que ya había sido trasladado a su domicilio para pasar sus últimas horas con sus familiares luego de estar internado más de diez días por una hemorragia cerebral.
Francisco honra a Zatti, y lo canoniza
Alabanzas a enfermero ítalo-argentino. Encuentro con salesianos