por Alejandrina Morelli
Aún con la sentencia a cuestas Cristina podría haber sido candidata en las próximas elecciones porque no está firme la condena hasta que no pase las instancias de la apelación a la que tiene derecho, y todos esperaban que si no como presidenta como senadora, siguiera en el ruedo, como siguió Macri a pesar de las causas sin resolver que tenía pendientes.
Sin embargo, para sorpresa de propios y extraños, apenas conocida la sentencia en el caso Vialidad renunció a cualquier cargo electivo que le diera fueros. Esa imagen que dio en el Día de la Militancia, frente a 80.000 personas, ese aplomo y esa seguridad en cuanto el camino a seguir, se desmoronaron ante los estupefactos ojos de todos.
Algunos hasta llegaron a especular que está amenazada su hija Florencia, el eslabón más débil de la cadena de poder dentro de la familia Kirchner ya que no solo no tiene fuero como su hermano Máximo, sino que tiene una salud frágil, por lo cual hizo tratamientos en Cuba, y de lo que la familia prefiere no hablar.
Lo cierto es que la mayor parte de espectro político quedó mudo. ¿Quiere que le metan presa para probar su inocencia y volver luego, como Lula, al poder sin mácula? ¿La amenazaron? ¿Es una maniobra que busca otro 17 de octubre como el que liberó al General Perón en 1945?
Para los más optimistas esta retirada significa el nacimiento de un nuevo escenario político en Argentina en el que las figuras dominantes hasta ahora, Cristina y Macri, pasarían a un segundo plano y jugarían el partido líderes renovados como Rodríguez Larreta por Juntos por el Cambio y Sergio Massa por el Frente. Una manera de bajar los decibeles al odio cada vez más encarnizado que divide el país en dos, una forma de tratar de cerrar esa grieta que divide Argentina desde 1810 entre un modelo agroexportador dominado por la élite porteña y un modelo de país con base en la producción industrial.
En el medio quedan cables sueltos. ¿Por qué Cristina se dirigió en forma directa, mirando desafiante a la cámara, al director ejecutivo del grupo CLARIN y dueño del 83 % de las acciones? Le dijo que no iba a ser su "mascota" es para preguntarse, como una dirigente con la claridad política que tiene ella, larga una bomba hermética para los que no saben de que habla. Qué el poder en Argentina - y en el mundo- está fuera de la esfera del Gobierno parece cada vez más claro pero Magneto lo dejó muy a l avista cuando, años atrás, al preguntarle si aspiraba a ser presidente de la República dijo:" no, ese es un cargo menor".
También son oscuros los datos sobre la reunión de jueces y políticos afines a Juntos por el Cambio en el sur argentino, en la casa del magnate inglés, amigo de Macri, Joe Lewis, en Lago escondido. ¿mafia judicial? En fin, difícil de prever destino en un país como Argentina que está viviendo una de sus peores crisis y que el covid amenaza a agudizarla con una sombra detrás de la pantalla.