SANTIAGO (Xinhua) - La mayor planta productora de gasolina sintética a base de hidrógeno verde en América Latina iniciará su producción a escala comercial en la Patagonia chilena en marzo de 2023, con planes de exportar en el futuro este combustible limpio elaborado en Chile.
Se trata del proyecto piloto Haru Oni para la producción de combustible sintético a base de hidrógeno de la compañía Highly Innovative Fuels (HIF), que comenzó a construirse en 2021.
A fines de 2022 se concretó la producción de los primeros litros de gasolina sintética a base de hidrógeno verde, un primer paso para reemplazar a combustibles provenientes de fuentes fósiles.
"Es un cambio radical para la industria del transporte", afirmó en entrevista para Xinhua Clara Bowman, gerente general de HIF Global, un programa colaborativo internacional de desarrollo de combustibles alternativos.
Bowman explicó que este innovador producto puede desplazar a la gasolina convencional, derivada del petróleo, carbón o gas natural, sin necesidad de transformar los motores de los vehículos en circulación, así como la logística de almacenamiento y distribución.
"Este combustible es una gasolina de 93 octanos. Es químicamente idéntico a la bencina convencional, pero libre de impurezas. Su valor agregado es ser un aporte a la descarbonización, ya que reduce en un 90 por ciento las emisiones de material particulado", añadió.
De acuerdo con la compañía, Haru Oni es una planta demostrativa de menor tamaño con capacidad para elaborar 350 toneladas de metanol crudo y 130.000 litros de gasolina ecológica al año, para lo cual utiliza energía eólica y dióxido de carbono (CO2) extraído de la atmósfera.
Este nivel de producción podría abastecer aproximadamente a un millón de automóviles por año y apoyar así la transición energética.
"El tratarse de una planta demostrativa, única en su tipo en el mundo, nos permitirá aprender de un proceso productivo que sólo se había dado a nivel de laboratorio", comentó Bowman, quien espera que Haru Oni pueda convertir esa zona en un "hub" (centro) de innovación y servir de guía a otros proyectos similares.
Para la empresa Siemens Energy, firma que también empuja el proyecto, el plan es aumentar la producción de combustible neutro al medio ambiente a 55 millones de litros por año en 2024 y a más de 550 millones en 2026.
El proyecto se asienta en la ciudad de Punta Arenas, en la región chilena de Magallanes, unos 3.000 kilómetros al sur de Santiago.
Haru Oni posee además un enorme potencial de desarrollo energético que puede contribuir en la lucha contra el calentamiento global del planeta.
La extensa y despoblada región de unos 170.000 habitantes, localizada en el extremo austral del país sudamericano, cuenta con las condiciones ideales para instalar aerogeneradores y utilizar los vientos de hasta 100 kilómetros por hora para generar un producto comercial y sustentable, tanto de uso local como exportable.
El proyecto Haru Oni considera una inversión de 74 millones de dólares y está emplazado en una superficie de 3,7 hectáreas dentro del predio Tehuel Aike, con una estructura de 148,5 metros de altura y una vida útil estimada de 25 años.
Para la elaboración de "eCombustibles" o combustibles neutrales de carbono cuenta con una turbina eólica de 3,4 megavatios (MW), que provee energía al proceso de electrólisis o separación de los elementos, además de una línea de transmisión de respaldo de 13 kilovatios (kW).
Chile busca liderar en 2050 a nivel global la producción de hidrógeno verde, gas que aportaría entre el 17 y el 27 por ciento de las reducciones necesarias para alcanzar la neutralidad de carbono del país en 30 años, así como un ahorro acumulado de 15.200 millones de dólares.
La región de Magallanes y la Antártica chilena podrían llegar a producir el 13 por ciento del hidrógeno verde del mundo, mientras que la generación eléctrico-eólica anual podría superar en siete veces la matriz nacional, según un estudio del Ministerio de Energía de Chile.
Estas cifras han cautivado a los inversionistas extranjeros, por lo que los proyectos relacionados al hidrógeno verde se han multiplicado, lo que augura nuevas empresas y servicios para acoger una mayor demanda en Magallanes.
Para los habitantes de la región chilena, este impulso se traduciría en un fuerte desarrollo económico en su agreste territorio, sobre todo en el terreno de los hidrocarburos, la ganadería, la pesca y el turismo.