por stefano casini
«Con crecimiento cero, el país envejece. Dentro de poco tendremos un jubilado a quien pagarle por cada desempleado». Se trata de una vieja caricatura de Altan, pero la provocación se está convirtiendo en realidad y no solamente en Italia. El principio en el que se basa el sistema de seguridad social entrelaza el número de trabajadores con el de pensionados y jubilados. Con las retenciones de nuestro trabajo, hoy pagamos a los que se jubilan, mañana tendrá que haber alguien que lo haga por nosotros si no logramos cambiar todo el sistema jubilatorio.
Si se rompe este equilibrio, saltan las arcas de cualquier Banco de Previsión Social. Hoy que se discute un proyecto de Ley presentado por el gobierno sobre reforma jubilatoria, muchos trabajadores comenzaron a protestar, al igual que los sindicatos. Por un lado es justo protestar porque se precisen más años trabajados para poder jubilarse, sin embargo, es tan evidente que hay que incarle el diente a este "problemón" que ya no habrá más tiempo dentro de pocos años.
Cuando se "inventó" el sistema jubilatorio, apuntaba a una "idónea remuneración" proporcional a lo que se aportó durante los años trabajados, para poder finalizar una vida de 5-10 años decorosamente. Cuando se inventó el sistema, la edad promedio de vida no llegaba a los 60 años, por eso se calculaban unos 5 años de aportes luego de la finalización del compromiso de trabajo.
Pero, ahora, en todo el primero, segundo y hasta tercer mundo, la edad promedio de las personas es de casi 80 años. O sea que, en lugar de cobrar una jubilación por un lapso de unos 5 años, debemos calcular 20 años. Además, los puestos de trabajo tienden a desaparecer cada día más. Obviamente no solamente por alguna crísis económica o por una guerra, o por inflación, sino, sobre todo, por los 80 millones de personas más que tiene nuestro planeta cada año y por la pérdida natural de los puestos de trabajo que son sustituidos por máquinas, aplicaciones y robots.
En Italia, de los 36 millones en edad de trabajar, actualmente hay 23 millones de empleados (tanto contratos permanentes como de duración determinada) y autónomos, en pocas palabras, hay más PYMES que empresas medianas o grandes. Este número excluye a aquellos que han sido despedidos o inactivos por más de 3 meses. En cambio, 16 millones cobran pensiones de jubilación, vejez, social, invalidez y accidentes de trabajo. Con estos números, ¿hasta cuándo se garantizan las pensiones en los niveles actuales?
Veamos qué nos espera en base a los continuos cambios en las reglas para bajar la edad de jubilación. El último informe denominado "El balance del sistema italiano de seguridad social" elaborado por el Centro de Estudios e Investigación de los Itinerarios de la Seguridad Social de Alberto Brambilla y presentado hace días en la Cámara de Diputados, habla por sí solo.
SITUACIÓN ACTUAL
Según cálculos bien establecidos estudiados por economistas y un equipo multidisciplinario a nivel mundial, para que el sistema de pensiones se mantenga, debe haber tres trabajadores por cada dos pensionistas. Hoy, en Italia el número es 1.42. La cuenta se hace sobre los últimos datos comparables disponibles, los de cierre de 2021: hay 22 millones y 884 mil trabajadores contra 16 millones y 98.748 pensionados. La diferencia entre la tasa de 1,5 y la de 1,42 parece mínima, pero no lo es: significa que en 2021 para tener condiciones en perfecto equilibrio, debería haber 1 millón 264.122 trabajadores más, o 842.748 pensionados en menos. En cambio hay ingresos de cotización de 208 mil millones y 264 millones, mientras que el gasto por pensiones es de 238 mil millones y 271 millones. Un agujero de 30 mil millones de EUROS.
Para 2022 se calculó el número de ocupados (23 millones), pero aún falta el de jubilados que, obviamente, es superior que un año antes
El saldo negativo entre los ingresos por cotizaciones y los gastos por pensiones no es nada nuevo, tanto que a lo largo de los años los déficits de capital se tuvieron que cubrir a través de intervenciones legislativas. Se pueden distinguir dos momentos en la última década. El primero es el que va de 2012 a 2018, y que ve una disminución constante en el número de jubilados: de 16 millones 668.584 en 2011 a 16 millones 4.503 en 2018. Es el efecto de la reforma Fornero implementada en enero de 2012, que elevó la edad de jubilación de 65 a 67 años, y establece como requisitos para la jubilación anticipada 42 años y 10 meses de aportes para los hombres y 41 años y 10 meses para las mujeres.
Hasta entonces, 35/36 años eran suficientes, siempre que tuvieras 60/61 años ("Cuota 96"). El segundo momento es el que va del 1.1.2019 al 31 de diciembre de 2021 y ve un aumento en el número de jubilaciones: de 16 millones 4.503 a 16 millones 98.748. El principal motivo es la entrada en vigor de la Cuota 100, aprobada por el gobierno Conte a instancias del líder de la Lega Salvini, que prevé la posibilidad de jubilarse a los 62 años y con al menos 38 años de aportes.
Entre 2019 y 2021, 379.860 utilizaron «Cuota 100» con un gasto de 11.840 millones. Pero con la eliminación de la cartera de solicitudes, la estimación es que alcance las 450.000, con una jubilación anticipada media respecto a Fornero de 2 años y
Con la tasa en 1,42 vemos que el número de jubilaciones sigue siendo demasiado alto en comparación con el número de trabajadores. Y esto ocurre a pesar que, en 2021, el empleo se está recuperando claramente, y el número de pensionistas está disminuyendo también por las muertes por Covid. Por un lado, con 22 millones y 884 mil trabajadores, volvemos a los niveles previos a la pandemia, con el número de contratos a término fijo constante a lo largo de los años (alrededor del 17%). Por otro lado, el número de servicios de seguridad social con una duración de cuarenta años, o sea, prestados a personas que se jubilaron en 1980 o incluso antes, aumentó de 423.009 a 353.779: los 69.230 servicios eliminados son atribuibles principalmente a Covid, que afectó principalmente a más de 80. Cuotas 102 y Cuotas 103 Al final de la "Cuota 100", el gobierno Draghi introdujo la "Cuota 102" (aquí la disposición, art. 1 inciso 87): la edad para jubilarse con 38 años de cotización pasa de 62 a 64 años. La estimación es que en total en 2022 se aceptaron 5000 solicitudes con un avance medio de 27 meses y un costo de unos 42 millones de euros. Con la Ley de Presupuestos de 2023 vuelve a cambiar el criterio, y aparece la "Cuota 103". El gobierno de Meloni volvió a llevar la edad de jubilación anticipada a los 62 años, pero esta vez con 41 aportes (aquí la disposición, art. 1 inc. 283). La esperanza de vida italiana se encuentra entre las más altas del mundo y la edad efectiva de jubilación en Italia es de 63 años, mientras que la media europea es de 65.
Hoy, el impulso político italiano es reducir la edad de jubilación para fomentar la contratación de jóvenes.
Habrá que estudiar mucho como se enfrenta este gran problema en otros paises.....si no, en Uruguay....estamos en el horno.
STEFANO CASINI