CIUDAD DE MÉXICO - Los ancestros de los primeros italianos que emigraron a México, instalados en el municipio de Zentla, aún mantienen vivas algunas de sus tradiciones, pero ya muy pocos hablan la lengua antigua de su zona de origen, al ir poco a poco han ido integrándose a su país de acogida.
"En diferentes escalas y condiciones, conservan los ojos claros de la nieve de los Alpes, la dulzura del dialecto y el orgullo de sentirse italiano" pero también a eso se suma, desafortunadamente, el gusto amargo del olvido", señala Antonio Mariniello, vicepresidente de los Comités de los Italianos en el Exterior. Los inmigrantes pioneros procedentes de la Península pasaron de la nieve de las montañas de su natal Livorno, una ciudad portuaria de la región de Trentino, en los límites con Austria, a un clima mucho más cálido en la zona montañosa central del estado sureño de Veracruz. La Colonia Manuel González, cabecera de esta localidad, en el centro del estado, fue creada prácticamente con pobladores procedentes de Italia, en 1981, que arribaron en el barco "Atlántico" al puerto de Veracruz. Aunque para muchos se trató de un proyecto fallido, en Zentla, que significa en lengua indígena "Lugar del Maíz", se conservan todavía algunas casas muy antiguas que albergaron a las primeras familias italianas, que aún tienen imágenes de la Virgen Monte Grappa Italia, una de las más veneradas en Italia.
El pueblo que sirve de núcleo político, económico y cultural de Zentla adoptó el nombre de Colonia Manuel González porque el presidente del mismo nombre (1880-1884), "compadre" del dictador Porfirio Díaz, que gobernó durante una pausa del mandato de hierro de este último, favoreció la inmigración extranjera en algunas zonas del país. Junto con Manuel González, los italianos también se asentaron en Huatusco, en el municipio del mismo nombre, a unos 12 kilómetros de distancia del primero, también en Veracruz, y otros en el poblado de Chipilo, a unos 120 kilómetros al oeste de la capital mexicana, en la periferia de la ciudad de Puebla, capital del estado homónimo. Los primeros 428 inmigrantes de Manuel González, agricultores que huían de la pobreza, arribaron el 19 de octubre de 1881, a bordo del vapor Atlántico, repartidos en 88 familias, que fue la primera parte de otros dos contingentes posteriores, uno de 1.525 el 25 de febrero del año siguiente y otro con apenas 19 en octubre de 1882.
Los inmigrantes vivieron tiempos azarosos durante la guerra civil de 1910, cuando tuvieron que ocultar sus cosechas y animales, pues los soldados solían saquear el ganado y los granos, y los revolucionarios se apropiaban de animales y granos para subsistir. Francisco Fontano, autor del libro "La Colonia Manuel González: un éxito dentro de un proyecto fallido", recuerda que "los retrasos en el inicio de las siembras y, posteriormente, la invasión de plagas, perjudicaron el desarrollo de la localidad" en sus primeros años. Ante estas adversidades, "muchos se fueron de la colonia y posteriormente del país, pero otros tantos "permanecieron y mostraron su buena adaptación", aunque "han perdido rasgos culturales como el idioma", si bien "todos ellos recuerdan su origen y celebran cada año el aniversario de la llegada del 'Atlántico' al puerto de Veracruz", señala.