Un fantasma deambula por el castillo en Trieste que albergó a Johann Strauss, Mark Twain y al poeta austriaco Rainer Maria Rilke, entre otros, haciendo las delicias de los miles de turistas que lo visitan.
El Castillo de Duino, fortificación del siglo XIV ubicada en Duino, cerca de Trieste, es elegido por miles de turistas que buscan conocer las historias de la Dama Blanca, el fantasma que ha estado deambulando durante mucho tiempo en la mansión. En las habitaciones del castillo con vistas al mar del golfo de Trieste durmieron personalidades como Johann Strauss y Eleonora Duse, Paul Valery y Mark Twain.
También el poeta Rainer Maria Rilke, que según los relatos, desde sus murallas invocaba a los ángeles. El castillo cuya construcción comenzó en 1389 sobre un puesto militar romano, celebra en 2023 los 20 años de apertura al público. Una actividad que la noble familia propietaria, de la Torre y Tasso, inició el 1 de julio de 2003 y que atrae a un gran número de visitantes (60 mil solo en 2022). Durante siglos, la aristocracia ha tenido que sacar provecho de sus enormes propiedades probando iniciativas más prosaicamente comerciales y burguesas.
"Fue el primero de julio de 2003 cuando abrimos las puertas al público. Al principio fue un poco extraño, era como si la gente entrara en la casa de repente, en un espacio hasta poco antes exclusivamente privado", cuenta el príncipe Dimitri della Torre y Tasso, primogénito de Carlos Alejandro (duque de Castel Duino y conde de Valsassina) y de Veronique Lantz, en la órbita de las grandes dinastías reales. "La gente amó el castillo desde el principio, todos los visitantes siempre fueron muy amables y respetuosos", dijo Dimitri della Torre y Tasso. "Habité allí hasta los 30 años, en 2007.
Ahora vuelvo una vez al mes, siempre lo cuido con gran pasión". El resto de las semanas las vive en Bélgica, donde reside con su esposa e hijos. Dimitri es un empresario de la restauración, y considera al castillo italiano una empresa colateral, pero fácil, dado el encanto del lugar, el parque y la carga de la historia que pasó desde aquí hasta la desintegración del Imperio austrohúngaro.
"En Bélgica me ocupo de un restaurante y de una enoteca - explica el príncipe Dimitri - pero lo que me gusta es la gestión del castillo". "Ahora se están llevando a cabo trabajos de remodelación de las fachadas de las alas sur y oeste", dijo. "Las perspectivas son excelentes, aunque estamos lejos de los 70 mil turistas de 2019, pero tras la parada impuesta por la pandemia las cosas van mejorando". Y el presupuesto equilibrado, aunque el coste de la energía y el gas suscita incertidumbres, lamenta el propietario, quien asegura que parejas "llegan de todo el mundo" para asomarse al borde de los altos acantilados.
"Y la Dama Blanca? Según las historias de boca en boca, fue arrojada al mar por su marido celoso y desde hace años su fantasma deambula por los pasillos todas las noches. El propietario y muchos visitantes aseguran haber percibido su presencia. "Lo he percibido varias veces. La primera fue cuando todavía era niño, tenía quizás 10 años, sentí una presencia corriendo en círculo en mi habitación. Luego, en otras ocasiones, escuché pasos y ruidos, como si alguien caminara hacia mí", dice el príncipe, que asegura no tener miedo. "Creo que es un buen fantasma, muchos se asustaron al advertir una presencia y no ver a nadie", añade. "Nunca ha hecho daño a nadie".