Son casi 2 millones 200 mil las renuncias laborales registradas en Italia en 2022, un incremento de 13.8% respecto a 2021 cuando hubo 1 millón 930 mil en total.
Pero en el cuarto trimestre del año pasado se interrumpió la tendencia positiva registrada en el segundo trimestre de 2021: hubo 528.755 bajas con una caída del 6,1% (-34 mil) respecto al mismo trimestre de 2021, involucrando en mayor medida a los hombres (-7,2%) frente a las mujeres (-4,4%).
Así se desprende de la nota trimestral de comunicaciones del Ministerio de Trabajo, correspondiente al último trimestre de 2022.
En términos absolutos, sin embargo, el número de dimisiones sigue siendo superior al registrado en los trimestres previos al estallido de la crisis del Covid.
En concreto, en el cuarto trimestre de 2022 los despidos por dimisión superan en 86 mil a los registrados en el cuarto trimestre de 2019.
En 2022 también aumentaron los despidos: en todo el año, de nuevo en base a datos de comunicaciones preceptivas, fueron más de 751 mil, una suba del 30,2% frente a los 577.000 de 2021, período en el que, sin embargo, estuvo vigente el bloqueo, decidido durante la pandemia.
Solo en el cuarto trimestre del año pasado se registraron 193.081 (-4 mil sobre el trimestre de 2021, -2,3%) y, por tanto, al igual que ocurre con las renuncias, la tendencia de crecimiento anual de los despidos observada a partir del segundo trimestre de 2021 y también vinculado a la reducción registrada en el período 2020-2021.
En valores absolutos, en los últimos tres meses de 2022 el número de despidos estuvo por debajo (-46 mil unidades) respecto al nivel registrado en el cuarto trimestre de 2019, cuando el número de despidos ascendió a 240 mil unidades.
"Los nuevos datos sobre renuncias voluntarias confirman un cambio importante en la relación entre la vida privada y el trabajo, tras el parate impuesto por la pandemia", subraya el secretario confederal de la CISL Giulio Romani.
"Los trabajadores demuestran que quieren buscar mejoras en sus condiciones salariales y profesionales y que cada vez tienen menos miedos de abandonar una condición con la que no están plenamente satisfechos", agregó Romani.
Es un fenómeno, subraya, "que cambia las prioridades en la futura regulación laboral. No solo salarios más altos, sino horarios más flexibles, entornos tecnológicamente más avanzados, trabajo ágil, formación de calidad y perspectivas de crecimiento profesional".
Además, para Romani "también se hace necesaria una reflexión sobre cuál es el potencial de nuestro mercado laboral dado el tipo de empresas que lo componen".