El calor primaveral disparó en Italia el consumo de helados, pero, al mismo, los precios subieron tuvieron un incremento del 20% en un año.
Es usual que, con la llegada del clima caluroso, el consumo de helados se dispare, lo cual es ampliamente visible en las calles italianas. Pero al mismo tiempo, los precios tuvieron un salto del 20%, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (ISTAT), respecto al mismo periodo del año pasado.
En las listas de precios pesó el aumento de los costes de la energía y las materias primas, desde la leche (+34 %) hasta los huevos (+22 %) y el azúcar (+54 %).
Así lo afirmó la Confederazione Nazionale Coltivatori Diretti (Coldiretti) con motivo del "Día del Gelato" europeo, que se realiza el 24 de marzo.
A pesar de la subida de los precios, los italianos que, con la llegada de los primeros días de calor no renuncian al helado a la hora del almuerzo o la merienda, llevaron al producto a una facturación de 2.700 millones de euros.
Italia tiene unas 39.000 heladerías que emplean a 75 mil personas, las que utilizan 220 millones de litros de leche, 64 millones de kilos de azúcar, 21 millones de kilos de fruta fresca y 29 millones de kilos de otros productos, según cifras oficiales.
El favorito es el helado artesanal y sus sabores históricos, aunque existe una tendencia creciente en las distintas heladerías a ofrecer "especialidades de la casa" que atienden a diferentes públicos de consumo, sin olvidar al creciente mercado natural y vegano.
En concreto, en los últimos años se ha producido un auténtico boom de las "agrogelaterías" artesanales, que garantizan el origen de la materia prima, con ingredientes que van desde la leche de burra a la de cabra pasando por la de búfala y oveja y sabores que van desde los tradicionales como el chocolate y la fresa hasta los más particulares, como la albahaca y el prosecco.
La historia del helado, recuerda Coldiretti, se remonta a la primera mitad del siglo XVI en la corte de los Medici, con la introducción de sorbetes y cremolati en fiestas y banquetes.
Pero el éxito llegó de la mano de las exportaciones a Francia y luego a Estados Unidos, con la apertura de la primera heladería en Nueva York en 1770, gracias al genovés Giovanni Bosio.