MONTEVIDEO (Uypress) – Afectado por la importante sequía, el Producto Interno Bruto de Uruguay tuvo una caída en el último trimestre de 2022, de acuerdo a los datos proporcionados por el Banco Central en su Informe de Cuentas Nacionales.
"En el cuarto trimestre de 2022 el Producto Interno Bruto (PIB) registró una variación de -0,1% en términos interanuales, con una importante incidencia de la menor producción agrícola en la zafra 2022/2023", señala el Informe de Cuentas Nacionales que trimestralmente da a conocer el Banco Central del Uruguay.
Agrega que "en términos desestacionalizados, la actividad económica se contrajo 1,3% respecto al trimestre inmediato anterior", marcando de esta manera la tendencia a la desaceleración de la economía.
Con estos datos, se completan los valores de 2022, y se concluye que el PIB tuvo un incremento de 4,9% frente al año anterior, levemente por debajo de la estimación gubernamental de 5%, pero marcando una diferencia más importante con el crecimiento de 2021, que había sido 5,3% respecto a 2020.
De esta manera, se concluye que la economía fue de más a menos durante el año pasado. Agregado a los datos del último trimestre, como en el anterior (julio - setiembre) también hubo una caída, en este caso de -0.75%, se configuró una recesión técnica, que se produce cuando se registran dos trimestres consecutivos de caída.
"El dato fue peor de lo previsto", señaló la gerente de Consultoría Económica de Grant Thornton, Sofía Harguindeguy, citada por El País. Según afirma, esto es consecuencia del impacto de la sequía en una "menor producción agrícola en la zafra 2022/2023. La magnitud de este shock climático hasta hoy era desconocida. Las actividades primarias se contrajeron en un 2,9%, y esto tuvo una incidencia negativa en el desempeño de la economía del 0,2%. En la misma línea, desde el enfoque de la demanda, se observó una fuerte contracción en las exportaciones, que cayeron un 5,6%".
El economista jefe de KPMG, Marcelo Sibille, citado por el mismo medio, dijo que "si bien sospechábamos que el PIB estaba en una fase de amesetamiento a raíz de algunos indicadores adelantados de actividad, honestamente no esperábamos que en el cuarto trimestre se produjera una caída de esta magnitud. Lo que más asusta es la contracción del producto agropecuario, donde parece claro el impacto de la sequía que comenzó al final del año".
Agregó que, "si bien técnicamente se podría hablar de recesión al haber dos trimestres consecutivos de caída, debe tenerse en cuenta que casi todos los sectores de actividad tuvieron crecimiento interanual en el 4° trimestre. Lo que ocurrió es que hubo una alta concentración de la caída de la producción industrial y fundamentalmente el sector primario".
Para Giuliano Cantisani de CPA Ferrere, hubo un "cambio de dinámica en la segunda mitad del año. De hecho, mientras que en el primer semestre de 2022 el crecimiento desestacionalizado promedió 1%, en el segundo semestre el promedio fue de -1%. El bajo dinamismo observado sobre el cierre del año pasado deja un 'efecto arrastre' negativo para el 2023".
Por su parte, el economista Javier de Haedo destacó que del 4,9% de crecimiento en 2022, cuatro puntos porcentuales son por arrastre estadístico de 2021. "A lo largo de 2022 la economía no creció. Dos trimestres consecutivos con caídas claras. Recesión. Los datos del PIB confirman que 2022 terminó muy mal, como anticipaban varios indicadores".
Para el Centro de Investigaciones Económicas (CINVE) la actividad que tuvo la mayor incidencia negativa fue el sector Agropecuario, Pesca, Minería, que registró una caída de 1,9%, explicada principalmente por los menores rendimientos de la soja en comparación al año pasado. También se registraron caídas en la Industria Manufacturera (-4,3%) debido a una disminución de la demanda externa en lo que respecta a la industria frigorífica. A su vez, el sector de Energía eléctrica, Gas y Agua tuvo una caída 5,7% por las menores exportaciones a Argentina y Brasil", añadió.