TOKIO - La compañía de danza vertical italiana fue convocada para actuar en Tokio para los espectáculos de inauguración de Azabudai Hills, el rascacielos más alto de Japón, que domina el corazón de la capital con una altura de 330 metros.
El espectáculo fue presentado a los medios antes de su inauguración esta semana.
La danza vertical es una modalidad de la danza aérea en la que la coreografía se representa empleando la fachada de un edificio o la pared del escenario, estando los artistas colgados de unas cuerdas.
La compañía de danza Il Posto -la primera de su tipo en Europa, fundada en Venecia en 1994 por la coreógrafa y directora artística Wanda Moretti y el músico Marco Castelli- dio a conocer el espectáculo "LoveBar": una nueva creación que debutó en el Teatro Goldoni de Venecia a finales de septiembre para el evento de reapertura al ganar el proyecto Goldoni 400.
La gira comenzó en octubre en Bruselas con motivo del XL Parcours d'Artistes Festival, para luego continuar en Vietnam, en Ho Chi Minh, para la empresa estatal PTSC, y finalmente en Hong Kong, en los majestuosos ventanales del Regent, el histórico rascacielos sobre el paseo Avenue des Artist con vistas a la bahía.
"A través de la danza vertical imagino la conexión con el entorno, a veces con un pasado lejano, otras con un presente dominante", dice Wanda Moretti a ANSA.
"Estamos acostumbrados a bailar sobre la piedra, sobre los ladrillos que cuentan historias y vivencias, aquí en Tokio vivimos en una arquitectura que nunca se detiene, donde la transparencia del vidrio y los reflejos de los materiales nos presentan imágenes infinitas, casi atemporales, donde a veces nos vemos en un flujo de contemporaneidad que casi nos pasa por alto".
En la capital japonesa, los artistas venecianos permanecerán hasta el 26 de noviembre y, además del "LoveBar", creado con la dramaturgia de Marco Gnaccolini, se representará el espectáculo "Skyline".
La Torre Azabudai Hills, terminada el verano pasado por el Edificio Mori, supera por 30 metros de altura el anterior poseedor del título, el Abeno Harukas en Osaka, y es ligeramente más baja que la Torre de Tokio, el rascacielos icónico de la metrópoli, que mide 333 metros.
"Me fascina profundizar la relación con los espacios, borrar un poco las distancias y desencadenar relaciones -añadió Moretti- la realidad que transmite el territorio se refleja en la práctica artística y en el deseo de armonizar la vida que vivimos con la los lugares y las personas".