(foto Ansa)

por ARIEL FERRERO

BUENOS AIRES - La historia del italiano Alfonso Bonfiglio en Argentina es la de la perseverancia y el trabajo: en medio de la crisis económica, social y política de 2001 se quedó sin empleo ni indemnización pero, con espíritu emprendedor, fundó su propia compañía de insumos para la construcción (pinturas y revestimientos), que actualmente es una de las más importantes a nivel nacional.
Bonfiglio, hoy de 77 años, quien llegó a Buenos Aires a los 3 años desde su Trapani (Sicilia) natal, no dudó en ese momento en seguir apostando en el país en el que eligió formar su familia.

Hoy lleva las riendas de Anclaflex, compañía de suministros para la construcción, reconocida en el sector.
Tras ser despedido de la compañía belga en la que trabajó varios años durante la crisis de 2001, cuando la Argentina atravesaba una de las peores crisis económicas de su historia, Bonfiglio vio derrumbar sus sueños en el país.
No tardó mucho en fundar su propia compañía, Anclaflex, a los 55 años. Junto a otros 2 desempleados y con los pocos ahorros que tenían (no tuvieron indemnización) alquilaron un garage de 30 m2 en la localidad bonaerense de Villa Adelina.
En esa aventura de emprender se les ocurrió crear una masilla para placa de roca de yeso que terminó siendo su primer producto. Lo lograron con máquinas que encontraron en chatarrerías y después de muchos intentos, en la fórmula número 20 alcanzaron un producto de "excelentísima calidad".
"Empezamos literalmente desde cero. Hay que pelearla, hay que tener un proyecto en la vida", dijo Bonfiglio a ANSA. "Yo quiero cambiar el mundo, y no se si lo voy a poder hacer, pero estoy seguro de que con pequeñas cosas puedo ir haciendo muchos cambios, que finalmente van a marcar diferencia".
El empresario explicó que su primer local era un garaje donde funcionaba una ex carnicería que tenía unos pocos metros cuadrados. En poco tiempo, el espacio quedó corto y se mudaron a una fábrica de más de 7.000 metros cuadrados.
Actualmente, apuestan a la sustentabilidad con energías renovables, recupero de aguas, logrando una gran facturación durante 2023.
Si bien actualmente su empresa es líder para varias líneas de productos de la construcción, Bonfiglio aseguró que siguen siendo "una pyme familiar".
"Tengo cabeza de multi (multinacional), pero corazón de pyme", añade. Bonfiglio dijo ser un agradecido del país que lo recibió.
Con un fuerte compromiso social, su empresa brinda ayuda a más de una docena de fundaciones y organizaciones de caridad.
Además, ofrece cursos gratuitos en oficios en cárceles: "Si uno de los internos sale y en lugar de delinquir trabaja aplicando revestimientos, mi misión está cumplida", asegura el empresario de la construcción.