Activos, fundaciones, bancos, criptomonedas, brokers, agentes.
Las palabras de las finanzas borran la retórica ideológica con la que Hamás y Hezbolá se disfrazan para revelar los impresionantes recursos que esconden.
Uzi Shaya, ex alto funcionario del Mossad (servicios de inteligencia israelíes), experto en operaciones financieras de entidades terroristas y países patrocinadores del terrorismo, habló de eso con la prensa tras reuniones institucionales de alto nivel en Roma.
"Destruir la capacidad militar de Hamás no es suficiente para frenar el terrorismo. Hay que desmantelar la infraestructura civil de Gaza por la que pasan enormes flujos de dinero que acaban financiando el terrorismo", afirmó Shaya y detalló punto por punto cómo funcionan los canales administrativos entre la Franja y Cisjordania son el corazón de la supervivencia militar de Hamás.
La estimación, formulada siguiendo los flujos de dinero, habla de mil quinientos millones de dólares disponibles cada año (hasta el 7 de octubre) a los milicianos de Yahya Siwar para mantener la organización militar que "consiguió invadir Israel e infligir la peor derrota desde que el país existe", subrayó el ex oficial del Mossad.
El dinero fluye regularmente a través de canales oficiales para apoyar a la administración palestina en el mantenimiento de la vida civil. Clandestinamente, llegan ríos de dinero desde Irán y Qatar (además de los aprobados por el gobierno israelí), a través de transferencias de dinero principalmente desde Líbano, Turquía y Egipto. Hamás puede contar con una cartera con activos de 500 millones de dólares al año, una entidad financiera asistida por el sistema bancario de Ankara.
La mayoría de las empresas de propiedad comercial fueron sancionadas después del 7 de octubre, pero las operaciones continuaron, dijo Shaya.
Una de las mentes más brillantes de esta red financiera es Hamid al Ahmar, un empresario yemení y líder de Hermanos Musulmanes en Saná que se mudó a Turquía, con ramas operativas vinculadas a Hamás también en el Líbano, Sudáfrica y otros países.
La actividad también incluye la financiación de conferencias y convenciones pro Paestina con actividades de las que se ocupa un intermediario sardo en Italia, dijo Shaya. "El dinero de las empresas comerciales acaba en los bolsillos de los dirigentes de Hamás y sus familias, con enormes inversiones diversificadas", explicó.
Sin embargo, la montaña de dinero en la Franja es menor en comparación con el imperio financiero gestionado por Hezbolá.
El partido de Dios tiene mayores posibilidades, la mayor cantidad de dinero, todo se gestiona a través del mayor banco libanés.
"Y después de todo, Hezbolá tiene el control de todo el sistema financiero del país", explicó Shaya. "El 70% del dinero proviene de Teherán. Los islamistas de Nasrallah gestionan cientos de empresas en todo el mundo, Hamás tiene una veintena disponible. Hezbolá tiene participaciones en todas partes, utiliza ONG, al igual que Hamás, participa en el tráfico internacional de drogas, desarrolla sus actividades a través de redes que eluden las normas financieras", precisó el experto.
"La infiltración en el sistema financiero internacional es un problema que concierne a todos. Israel, que libra esta guerra oculta, representa actualmente a todo Occidente", declaró Shaya. "El gobierno italiano está haciendo todo lo posible. He pedido una cooperación más eficaz para esta batalla común", advirtió.