Hay muchos alimentos que prometen ayudar al rendimiento masculino, mejorando la funcionalidad y la salud sexual, pero también combatir la infertilidad, un problema creciente que, hoy en día, afecta a entre el 15 y el 20% de las parejas a nivel mundial.
De la nuez moscada al clavo de olor, del jengibre a la granada, un estudio italiano dirigido por el Instituto de Farmacología Traslacional del Consejo Nacional de Investigaciones (CNR), presentado en el reciente congreso nacional de la Sociedad Italiana de Andrología (SIA) y publicado el pasado mes de noviembre en Current Research in Food Science, cuantifica ahora por primera vez el efecto de una dieta saludable como la mediterránea ecológica en la mejora de los niveles de testosterona y la lucha contra la infertilidad.
"Las causas de la infertilidad masculina pueden ser diferentes - explica Alessandro Palmieri, presidente de SIA y profesor de Urología en la Universidad Federico II de Nápoles -.
El estilo de vida, los factores ambientales, el estrés y las condiciones socioeconómicas son factores importantes".
De hecho, una dieta incorrecta puede acentuar los efectos nocivos y prooxidantes del estrés y la contaminación y provocar la fragmentación del ADN en los espermatozoides, uno de los factores que subyacen a la infertilidad masculina".
"La dieta mediterránea es universalmente reconocida como beneficiosa para mantener la salud general y reducir la incidencia de las principales enfermedades crónicas", continúa Fabrizio Palumbo, director médico del Hospital de Urología de la UOC Ospedale Di Venere de Bari.
Fueron seguidos 50 hombres de entre 35 y 45 años, de peso normal, no fumadores y que no consumieran alcohol habitualmente, sin enfermedades crónicas ni varicoceles.
"Se observó que los sujetos, 3 meses después de iniciar la dieta, registraron un aumento del 116% en los niveles de testosterona.

Al mismo tiempo, con una reducción de los carbohidratos y un aumento de los antioxidantes a través del consumo diario de frutos rojos y un mínimo de 3 porciones de verduras frescas al día, reportaron una reducción en el porcentaje de espermatozoides con ADN fragmentado que cayó al 23,2% frente al 44,2% inicial", explica Verónica Corsetti, bióloga nutricional, investigadora del CNR, presidenta de la Asociación "Fertilelife" y primera autora del estudio.