Por STEFANO CASINI
Dentro del delito de estafa nos encontramos con dos modalidades definidas: la estafa informática y la estafa mediante utilización fraudulenta de tarjetas de crédito o débito. Vamos a hablar de estafas informáticas y como se hacen. Se consigue una transferencia no consentida de cualquier activo patrimonial, con ánimo de lucro y con perjuicio de tercero, a través de una manipulación informática. Por manipulación hay que entender la alteración o modificación tanto de programas como de datos informáticos, así como del propio equipo informático. Este tipo de estafas que, en los últimos años crecíó exponencialmente, atraviesa todas las redes y las aplicaciones que tenemos en nuestros celulares y nuestras computadoras. Uno de los mecanismos más frecuentes es el “phishing” por e-mail fraudulento, o sea el envío de correo electrónico que, aparentando provenir de fuente confiable, por ejemplo, tu banco, obtiene o intenta obtener datos confidenciales del usuario como sus claves bancarias, que posteriormente se utilizan para realizar la estafa, empleándose para acceder a su cuenta corriente y realizar transferencias de dinero dirigidas a un beneficiario, autor directo, indirecto o colaborador imprescindible para realizar el fraude. Hace menos de un año, me pasó a mi. Recibo una llamada por Whatsapp! Cuando te llaman de un celular o telefono, en la pantalla aparece el número que, si no lo conoces, puedes no contestar, pero, si te llaman por Whatsapp, te aparece una imagen, que puede ser de un amigo o de una empresa, por ejemplo. En mi caso, apareció un logo de ASSE oficial, que obviamente se puede copiar de cualquier lado. Distraído contesté y un señor muy amable me preguntó si estaba al día con todas las vacunas, Covid, anti gripal etc. Estaba distraído, así que le dije la verdad, que no me había dado la vacuna contra la gripe. Entonces el señor, me pidió, muy amablemente, que le dijera el número que aparecía por debajo del logo de ASSE y mi cédula para identificación. Fue lo que hice: ya está!!!! hackearon mi cuenta de Whatsapp. Inmediatamente el hacker tomó el control de mi cuenta. En mi celular aparece una cantidad importante de contactos. El hacker se comunicó con centenares de ellos y no solamente de Uruguay, haciéndose pasar por mi y pidiendo dinero porque estaba en una emergencia y si le podía girar el dinero a las cuentas que él comunicaba. Enseguida, me fui a hacer la denuncia a Delictos Complejos de la Jefatura de Montevideo para, por lo menos, que supieran que no era yo el que llamaba o me comunicaba con mis contactos. Tuve suerte de recuperar en pocos días mi cuenta ya que los hackers se habian cansado de escuchar respuestas negativas. En los días siguientes recibí muchas llamadas directas a mi teléfono, inclusive de distintos países, (whatsapp es una aplicación), preguntándome lo que me había pasado. Los que me conocían bien hasta insultaron a estos hackers, pero algunos “conocidos” casi cayeron: por suerte, al final, ninguno. La facilidad con la cual un delincuente puede hackearte una cuenta de banco, de FB, de Istagram o de whatsapp, es increible. El método más usado para conseguir las claves de una cuenta bancaria es el denominadopharming (simulación de entidad bancaria). Los delincuentes copian una página web de un banco y en los correos anzuelo incluyen una URL en la que el cliente destinatario víctima debe pinchar, teóricamente para acceder a la página de su banco pero que, en realidad los dirige a la página web simulada donde el destinatario introducirá sus datos de usuario y contraseñas. Se valen de excusa muy verosimiles, como la actualización del sistema o la verificación de datos. Una vez que el cliente picó y el phisher tiene las claves de acceso, se introduce en el verdadero sistema informático de la entidad bancaria y puede retirar el dinero de tu cuenta. Otra método es la extracción de los cajeros con tarjetas clonadas o robadas. Esta conducta se relaciona con el robo con fuerza consistente en el uso de llave falsa. Aumentó el peligro con los post, cuando para comprar algo, solamente acercas el chip al post y para el que te robó una tarjeta de débito es todo más fácil: apenas te des cuenta que te robaron o no tienes la tarjeta,llama inmediatamente al banco para que suspendan la cuenta, los chorros son rápidos. Obviamente es hasta cierta cifra y por encima de esta se pide cédula etc. y se pasa la tarjeta por un mecanismo controlado. Pero hay que acostumbrarse a tratar de asegurarnos. No se moleste si le piden su cédula, un teléfono o lo que sea en un negocio donde está comprando, es por su bien. Otro tipo de estafa por internet sería elcarding. En este caso se realiza un uso no autorizado de tu tarjeta de crédito, cuenta bancaria u otra información bancaria. Estos datos se obtienen por el phishing o ventas fraudulentas. Al tener tus datos bancarios, pueden realizar cargos y operar libremente con ellas hasta que el titular se dé cuenta y la anule. Se puede descubrir este tipo de estafa solo a través del extracto de los cargos efectuados en tu tarjeta de crédito, por lo que es fundamental que, después deuna compra online, hay que vigilar su cuenta y cancelar la tarjeta. Además hay entes hasta públicos como las compañías de celulares, por las cuales se pueden comprar cosas. Hace un año, a una amiga le pasó que le llegaban cuentas de ANTEL impresionantes con los detalles de las comprar que nunca había hecho. Una empleada doméstica, a través de una contraseña que le había encontrado en el celular, compró de todo por unos 100.000 pesos que la señora tuvo que pagarle a ANTEL. No me darían 10 páginas para detallar todos los métodos, lo que es cierto, que se calcula que el 22% de los adultos estadounidenses son víctimas de este tipo de fraude, con pérdidas medias de unos 12.000 dólares por caso. Ahora más que nunca, es esencial no solo para los particulares, sino también para las empresas establecer defensas contra el fraude en línea. Teniendo en cuenta los 110 millones de hogares con acceso a internet en Estados Unidos, se calcula que 24 millones de hogares fueron víctimas de estos ataques. Un estudio habla que el 60% de las víctimas había utilizado la misma contraseña para varias cuentas en línea, lo que lo identifica como uno de los cambios más esenciales que se pueden hacer para evitar ser víctima de este tipo de fraude.