por STEFANO CASINI
El pueblo soberano, el que SIEMPRE tiene la última palabra, no dejó dudas en las últimas elecciones. El Frente Amplio volvió al gobierno y punto. La Coalición que el 28 de febrero dejará su mandato con una vara muy alta, en octubre había tenido una pequeña ventaja, pero el pueblo se volvió a pronunciar contundentemente a favor del partido de Tabaré.
La primera palabra que pronunció en su discurso de victoria la futura Vicepresidente Carolina Cosse, fue Tabaré con fuerza y vigor. Nadie podría poner en dudas que Tabaré Vázquez fue el último gran caudillo del centro izquierda uruguayo, con sus 2 mandatos y después de haber aplicado con éxito, los ideales progresistas de más igualdad para la sociedad. Tuvo aciertos contundentes como el Plan Ceibal, la actualización de muchas categorías postergadas como peones rurales o empleadas domésticas y le había dejado a Mujica las cuentas en óptimas condiciones.
Esta situación, salvando las diferencias, me recuerda cuando Jorge Batlle le había pasado la banda presidencial al gran líder frenteamplista en 2004. Como el mismo Tabaré lo declaró publicamente, el Presidente Colorado, le había dejado un país en mejores condiciones que Mujica en 2014. Hay cierto paralelismo porque, el joven caudillo blanco, tuvo que soportar la peor crísis del siglo XXI con el COVID, luego la sequía, las guerras y los escándalos internos, dejando hoy una marca positiva en el pueblo con un 51% de aprobación. Por otro lado, Jorge Batlle, que soportó las 10 plagas de Egipto como el efecto Tango, la crísis del 2001, el efecto Tequila, el efecto Samba y la terrible Aftosa etc, le dejó a Vázquez un país en pleno crecimiento y el viento de cola que, por muchos años dejó los precios de los comodities creciendo exponencialmente, fue muy bien administrado por el gran lider frenteamplista y sobre todo, por su Ministro de Economía, Danilo Astori, sin el cual, el Uruguay, hubiera podido caer mucho más que otros países limítrofes.
Yamandú Orsi pinta como el nuevo Tabaré con una gran firmeza, un gran liderazgo y un carisma que transmite mucha seguridad. A su lado Carolina Cosse que, a diferencia de todos los vicepresidentes desde 1984 hasta hoy que, en la práctica fueron borrados de la política: Tarigo, Gonzalo Aguirre, Batalla, Luis Hierro López, Nin Novoa, con la excepción de Danilo Astori, luego Sendic y ahora Argimón, quiere cambiar la pisada y marcar la cancha en el Senado y el Plenario: logrará seguir en la lucha por una Presidencia?
Algunos mal intencionados piensan que Luis Lacalle Pou se está frotando las manos porque es joven y podrá tener muchas chances en las próximas elecciones.
Cada uruguayo deberá entender que, el primero de marzo, Yamandú Orsi, asumirá las riendas del país y merece el respeto y la admiración de cada oriental, de cualquier línea política, porque será el Presidente de todos los uruguayos, como lo fueron todos los anteriores.
Se preparó décadas para llegar a la silla presidencial y posee una fuerte marca de caudillo, cuando muchos lo consideraron un títere.
¿Cuales serán sus principales desafiós? Mantener la palabra “No vamos a subir impuestos” y la inserción internacional: se alineará con Petro, Borich, Lula, Arce? O se mantendrá neutral como lo hizo el actual Presidente? Formará parte de los bloques de izquierda pura o se alejará de las ideologías populistas? El pueblo uruguayo no quiere más fanatismos de ningún tipo y un lider carismático como Orsi lo sabe. Su línea es “SABREMOS CUMPLIR” y todos los uruguayos esperan las últimas palabras de nuestro himno nacional.