por STEFANO CASINI
Con sus 8.11 billones de habitantes, nuestro mundo comenzó una de las luchas más dramáticas de su historia. Desde un punto de vista filosófico podríamos llamarla: NOSOTROS CONTRA ELLOS. En palabras pobres podría decirse IZQUIERDA VS DERECHA (o al revés), en palabras más suaves: 2 MODELOS POLÍTICOS y en terminlogía política progresistas contra conservadores.
En todos los casos, los límites que permiten estas diferenciaciones, son hoy, cada vez más cercanos: en pocas palabras, desde un punto de vista económico, el capitalismo, como modo económico de vida, se impuso definitivamente, en la práctica, en 1989, cuando cayó el muro de Berlín.
Es muy claro que, las nociones de izquierda y derecha, llevan de forma implícita o explícita una oposición en política. Ambos términos nacen en la Francia de 1789, durante el inicio de la revolución francesa, para posteriormente extenderse a gran parte de los sistemas políticos del mundo. En las primeras asambleas revolucionarias, los que estaban a favor de una Revolución absoluta para destruir completamente la casta monárquica que imperaba entonces, había que eliminar cada uno de los que la apoyaban y se encontraban a la izquierda de un recinto. Los otros, querían tratar de sacar lo mejor de cada uno de los grupos económicos fuertes y de las mentes, para utilizarlas para crecer, obviamente proponiendo a los ricos como punta de lanza para el progreso. Esos ambos errores de un pasado que ya no existe, no se pueden aplicar hoy, a pesar que, en algunos países se siguen aplicando a través de dictaduras, partidos únicos, emiratos etc.
¿Porqué titulé este artículo NOSOTROS CONTRA ELLOS? Simplemente porque, finalmente, llegó también al pueblo uruguayo este lema que no nos deja crecer. A pesar de ser una de las mejores democracias del mundo, según varios entes internacionales, las redes, las reuniones, las manifestaciones, los paros, las palabras, nos llevan a esta encrucijada: NOSOTROS CONTRA ELLOS, como si perteneciéramos a 2 países distintos. Vemos continuamente en las redes las clásicas frases: “tu Presidente” o “nosotros hicimos esto que Uds. no hicieron” etc. cuando vivimos en un mismo país.
Muchos podrán preguntarse porqué, un Presidente de la República, líder de una Coalición Republicana formada por partidos que por siglos se enfrentaron duramente entre ellos, se va con un 54% de aprobación y con la derrota de lo que él construyó junto a otros líderes en las elecciones de 2019. A mi entender, Luis Lcalle Pou dejó en la sociedad una semilla de paz y de orgullo nacional que no vimos en el último siglo. Más allá si tuvo logros o no, siempre se mostró como el Presidente de todos los uruguayos, cuando se equivocó lo dijo publicamente, trató de conversar con todo el espectro político, social y sindical pero, sobre todo, nunca se escondió de ninguna responsabilidad y cumplió con lo que propuso en su campaña de 2019, a pesar de tener 2 años de COVID, 3 de sequía y varios escándalos en las filas de su partido y de otros de la coalición. Su mensaje siempre fue claro y siempre estrechó la mano de su amigo o de su adversario, con la misma intensidad.
Dejar esta semilla de paz, en parte alivió las tensiones en una campaña seguramente muy light, en la cual la responsabilidad de la pérdida de su Coalición, no fue suya, sino de otros líderes políticos que prefirieron la grieta a la mano extendida.
De cualquier manera, el Presidente electo Yamandú Orsi, tiene una enorme responsabilidad que va mucho más allá de los resultados económicos para toda la población, como seguir reduciendo la inflación, no aumentar los impuestos como dijo claramente,bajando aún más el desempleo, lidiar con los narcos etc. Debe seguir esa huella moderada que dejó el Presidente LLP, mostrarse mucho a su población, dejar ver que es él el que manda en el Ejecutivo, tendiendo la mano cuando se precisa y dejar conceptos bien claros, cuando se trata de comentar una postura tomada. Un país donde no hay elecciones es una dictadura y cuando la decisión del Parlamento va en contra de sus principios, como hizo Tabaré Vázquez cuando, a través de un decreto, no permitió la ley sobre el aborto por su condición católica, lo haga sin que le tiemble la mano. Para seguir estando entre los países privilegiados del mundo en tema de Democracia, un DEBER de Yamandú Orsi, es ser el Presidente de nadie, sino de todos los uruguayos, no casarse politicamente con nadie y casarse economicamente con todos. El dogmatismo nos lleva hacia caminos oscuros, el pragmatismo y un Presidente al cual no le tiemble el pulso, nos lleva a la prosperidad.