El fenómeno del café costoso, para exquisitos del oro negro, se encuentra en pleno apogeo en Italia, impulsado por la calidad y la forma de preparación del clásico expreso, que adquiere cada vez mayor sofisticación.
La taza de café expreso está alcanzando precios cada vez más altos en los bares de Italia, según la organización Assoutenti. En algunos casos, aumentó hasta dos dígitos en comparación con 2021, cuando el país estaba saliendo de la pandemia gracias al impulso de las vacunas, tras un largo y obligado encierro.
Assoutenti (Asociación Nacional de Usuarios de Servicios Públicos), fundada en enero de 1982 para proteger y promover los derechos fundamentales de los consumidores, elaboró el mapa oficial de los precios del café expreso en las principales provincias italianas.
El valor promedio nacional del café es ahora de unos 1,10 euros frente a 1.038 euros en 2021 (+5,92%) , reveló Assoutenti. El primer lugar del café más costoso se lo lleva Trentino Alto Adigio, con los bares de Trento vendiendo el espresso consumido en el mostrador en promedio a 1,25 euros, y 1,24 euros en Bolzano. También en Cuneo cuesta 1,24 euros.
En tres provincias de Emilia Romaña (Ferrara, Rávena y Reggio Emilia) el espreso baja el umbral psicológico de 1,20 euros, así como en Véneto (Rovigo y Venecia), mientras que en Padua y Vicenza el precio medio es de 1,19 euros.
El café más barato de Italia -advierte Assoutenti- es el servido por los bares de Messina (0,89 euros), seguido de Nápoles, una ciudad donde el espresso es una tradición histórica (0,90 euros) y dos provincias calabresas (Reggio Calabria y Catanzaro, 0,92 euros).
"En los últimos meses habíamos denunciado los primeros ajustes de las listas de precios del café en los bares italianos", dijo el presidente de la asociación de consumidores Furio Triuzzi. "Las cifras oficiales hoy confirman nuestra alarma y la tendencia alcista, que hoy roza una media anual de +6%, y que se espera que continúe en los próximos meses", agregó.
Según Triuzzi, "los aumentos de precios son generados por la factura alta, que impone mayores costos de energía a los comerciantes que luego se trasladan a los consumidores finales a través de los precios minoristas". Y por otro lado, explicó, por las "tensiones en los precios de las materias primas, que han provocado aumentos en los precios de bienes como el café y el azúcar".
Los datos cobran mayor relevancia al tener en cuenta que "en Italia se consumen cada día en los bares 9,3 millones de tazas de espresso", precisó el directivo.