LA PLATA (Uypress) - La selección uruguaya de fútbol derrotó 1-0 a Italia en La Plata y se consagró campeón del Mundial sub-20 de Argentina, primera vez en su historia, con una actuación emocionante plena de fútbol y actitud, de una generación que se metió en el corazón de los hinchas.
El partido comenzó mostrando a Anderson Duarte parado en posición de nueve y Luciano Rodríguez volcado como extremo derecho. Instantes iniciales de presión alta sobre la salida adversaria y un juego volcado sobre la banda diestra.
Un remate de Alan Matturro a los 5' fue el primer intento de un equipo que salió a buscar el protagonismo y atacar con decisión.
Una falta sobre Anderson Duarte le dio un tiro libre favorable a Rodríguez que ejecutó con potencia y se fue algo ancho. Luego fue Fabricio Díaz el que probó de media distancia y sacó el "uh" de las tribunas con una pelota que se fue cerquita.
Los tanos estaban controlados en el primer cuarto de hora y solo tenían algún respiro cuando Pafundi o Baldanzi lograban tocar la pelota, aunque generalmente estaban bien cubiertos.
Luciano Rodríguez, muy movedizo, se combinaba con Duarte y con ello preocupaban a los blancos para la ocasión, incluso el de Liverpool con un remate hizo trabajar a Desplanches.
Y a los 22' llegó la más clara con un córner enviado por Fabricio Díaz a la cabeza de Anderson Duarte, que anticipó a Turicchia y cuando más de uno gritaba el gol, apareció el guante del arquero para sacar al límite y mantener todo cerrado.
Fabricio Díaz manejaba la mitad de la cancha, con el apoyo de un Damián García que cubría y relevaba a sus compañeros, en un trámite que merecía bastante más para los celestes pero que mantenía la igualdad sin goles.
Actitud absoluta y fútbol para incomodar a un adversario que no atacaba, estaba hundido en el terreno de juego, pero tuvo como mérito sostener el cero en el primer tiempo.
El complemento comenzó con el ingreso de Zanotti por Faticanti, una modificación que varió el sistema italiano en pos de ganar mayor presencia ofensiva.
Pero el devenir de las acciones mantenía su dinámica, con los celestes dispuestos a tener la pelota, presionar en cancha europea y ser protagonista, con un De Los Santos mucho más presente.
Nunziata mandó más variantes a la cancha ingresando Esposito y Montevago, hombres de ataque de mayor presencia física por Pafundi y Ambronsino.
Un cabezazo de Matturro que el golero dejó salir volvió a mostrar la ambición de los nuestros, mientras Broli iba manejando posibles reemplazos para reflejar el once. Eso sucedió a los 62' cuando Andrés Ferrari se metió por Anderson Duarte, nueve por nueve pero con características diferentes.
La superioridad era marcada en cada aspecto, menos en el resultado, donde aún no se podía quebrar el empate. Matturro, Díaz, Rodríguez, era puntales de un equipo que iba e iba, levantaba a las tribunas y se acercaba por todos lados, pero le faltaba el puntillazo final.
Un nuevo disparo del volante de Liverpool exigió a Desplanches a otra atajada, cuando el duelo entraba a los últimos 20' de acción, donde ya se comenzó a notar una baja en la energía de los futbolistas celestes.
A los 80' se dio una situación inentendible protagonizada por el árbitro y el VAR. Matteo Pratti le metió un planchazo terrible a Fabricio Díaz donde el árbitro sueco mostró la roja en forma correcta en primera instancia. Luego el VAR, encabezado por San de Suiza lo invitó a revisarla e increíblemente cambió el fallo.
Una acción injusta que luego tuvo su revancha a los 86' cuando llegó el premio a una actuación inolvidable. Una pelota al área que cabeceó González, peleó Matturro y terminó en un cabezazo de Luciano Rodríguez para inflar las redes y sentenciar el 1-0.
Once minutos de adición para sostener el resultado, con un árbitro europeo que debió expulsar por doble amarilla a Zanotti y no lo hizo. Ignacio Sosa a la cancha y a tener la pelota.
El pitazo final selló el triunfo de Uruguay por mínima diferencia que cerró una actuación brillante que se coronó con la obtención del título del Mundial, para las lágrimas de emoción de un plantel que marcó la historia e hizo festejar a un país.