La Plaza San Marcos sigue siendo el punto más débil de Venecia frente a subidas excepcionales de las aguas, pero un nuevo plan aspira a salvar su excepcional belleza de las futuras mareas altas en la ciudad. Incluso cuando entre en funcionamiento el sistema de protección Mose -que en situaciones de emergencia podría ser operativo ya en junio- la plaza más bella del mundo, situada en el punto más bajo de la ciudad, seguirá quedando bajo el agua cuando la marea supere los 80 centímetros, umbral de pavimentación respecto del promedio del mar.
De este modo, tras el proyecto para poner al resguardo el atrio de la basílica, llega un nuevo plan para que toda la plaza permanezca seca, según la lógica de protección de una "ínsula", es decir, una zona delimitada por una frontera acuática. Harán falta al menos dos años, hasta que den su autorización la Superintendencia y las demás entidades responsables: pero el proyecto encargado por el Consorcio Venecia Nueva y elaborado por Ati Kostruttiva, Thetis y Mate Engineering, promete poner al reparo de la marea toda la zona que hoy se inunda cuando la laguna "empuja" sobre el malecón.
El proyecto, con un costo de 30 millones de euros, prevé subir todo el borde de contención de las olas sobre el malecón de San Marcos, una nueva obra de elevación para las aguas de lluvia, con siete bombas capaces de descargar 700 litros por segundo, y la realización de miniparapetos de 40 centímetros de altura, de acero y madera, removibles, a lo largo de la orilla más expuesta de San Marcos. El proyecto -explicó Lino Pollastri, que se ocupó de los aspectos hidráulicos- se conecta estrechamente tanto con el sistema Mose como con la protección de la basílica. Garantizará una protección de la plaza hasta 110 centímetros sobre el mar y el primer objetivo es impedir a la marea que remonta a través del sistema de desagote de las aguas.
Los análisis llevados a cabo mostraron que son solo cuatro los puntos de entrada del agua en la ínsula: allí se instalarán válvulas de no retorno, lo que permitirá a las aguas pasar hacia la salida sin volver a subir para entrar. Las intervenciones se enmarcan en cinco tipos: protección del borde elevado, cierre controlado de las conexiones, saneamiento de las galerías subterráneas, cierre definitivo de las interconexiones ya no funcionales y reordenamiento de los subservicios y de separación de la red de desagües. "A diferencia del pasado -explicó el presidente de Mate, Raffaele Gerometta- se eligió un enfoque gradual, limitando la intervención a la plaza y excluyendo las áreas limítrofes. Son una decena las principales acciones previstas, con un doble objetivo: quitar el agua de la plaza, pero también dejar el área sustancialmente como la hemos hallado". La obra tendrá dos bases, una junto al campanil de San Marcos y la otra sobre un pontón frente al Provveditorato.