En medio de un idílico paisaje de araucarias, robles y los más inimaginables verdes del sur de Chile, se encuentra el "Spa de la cerveza" en Lonquimay, a unos 600 kilómetros de Santiago. Mirando hacia el volcán del mismo nombre, el empresario chileno Boris Mardel creó un hotel, restaurante y spa para "vivir una experiencia completa en torno a la cerveza". Amplias habitaciones y un menú especial para acompañar sus creaciones artesanales propias de cerveza, que llevan el mismo nombre de las recámaras: Kiltra, Zipa, Porter, Barley Wine, Pewenche, Chodwen Ko, Welko Mayne, Chivo Extra Lúpulo.
Pero sin duda la gran novedad es el spa de cerveza, cuyos beneficios recomienda de todas maneras Mardel porque asegura que "la cerveza tiene mayores beneficios que el chocolate, la leche, el vino, y estamos hablando de estudios serios que así lo ratifican", explicó a ANSA. "Hace muy bien para la piel y para el pelo. En Europa, cuando yo fui a conocer esta experiencia, hay toda una línea de cosmética a partir de la cerveza: shampú cremas, lociones, jabones, y de hecho te quedan las manos muy tersas", afirmó.
La experiencia en el spa dura aproximadamente una hora y cuenta que "dada la naturaleza del chileno, un tanto tímido, 'guasteco' (vergonzoso) como decimos nosotros, yo tomé la decisión de dejar adentro el vestidor porque en Europa uno se viste en una especie de habitación y después sale con una bata o toalla. Acá -describe mientras muestra el lugar- se va a hacer todo en una habitación. El baño dura media hora, después son 15 minutos de masaje de relación y es opcional el tema de la ducha posterior, porque se recomienda no ducharse y de hecho el baño debe darse desnudo. En República Checa -recordó- no llevé traje de baño y estaba todo enredado, cuando me dijeron que no lo iba a necesitar".
Cuenta que debe hacerse desnudo porque la cerveza tiene un tono amarillento y el lúpulo le da un aspecto verdoso y quedan hojas flotando en el agua que se adhieren al traje de baño dejándolo lleno de pellets. "No me di el baño, yo fui buen alumno, no me duché y no sé si fue sugestión o no pero al otro día amanecí muy descansado, quizás el agua caliente, la cerveza", confesó. "Porque la parte más importante -subrayó Mardel- uno está tomando cerveza una vez que se está dando el baño".
La temperatura perfecta para tomar el baño es alta "y por eso dan ganas de tomar harta cerveza", corrobora el innovador. La experiencia de una hora en el spa va a tener un costo entre 44,3 y 50 dólares por persona. Aclaró que "la cerveza está incluida dentro del precio. Se va a partir con un litro por persona (para beber), yo creo que es suficiente. Se trata de una cerveza suave, porque la idea no es que se mareen". La tina del spa tendrá un 10% de cerveza "porque o si no sería impagable", finalizó.
Margarita Bastias