Adiós "America First" y aficionados premiados solo por su lealtad personal: Estados Unidos vuelve al multilateralismo, con una administración fundada en la experiencia y la diversidad, y sobre todo busca recuperar su lugar de cabecera en el mundo.
El presidente electo, Joe Biden, comienza a diseñar su equipo de gobierno invirtiendo la ruta de la política aislacionista norteamericana, mientras Donald Trump intenta aún desesperadamente revertir el resultado de las presidenciales bloqueando la certificación de los votos en Michigan y Pennsylvania, entre incómodos reveses legales y crecientes llamados -también en su partido- a iniciar la transición.
Los primeros nombres de la futura administración anunciados por Joe Biden son los de confiables veteranos de la era Obama y conciernen a sectores clave como la política exterior, la seguridad y el clima.
Entre ellos sobresalen Anthony Blinken como secretario de Estado, Jake Sullivan en Seguridad Nacional, Linda Thomas-Greenfield embajadora en la ONU, el ex secretario de Estado John Kerry como consejero especial presidencial para el Clima, primer dirigente para ese sector que también se sentará en el Consejo Nacional de Seguridad.
Entre las novedades, Avril Haines, exvicedirectora de la CIA y exviceconsejera para la Seguridad Nacional, será la primera mujer en dirigir la National Intelligence, la agencia que coordina a todos los agentes de inteligencia, un paso más que Gina Haspel, que había sido elevada por Trump a jefa de la CIA.
La diversidad se encarna también en el cubano-estadounidense Alejandro Mayorkas, que será el primer hispano e inmigrante en dirigir la Homeland Security, el ministerio del Interior, del que había sido vicesecretario.
"No tenemos tiempo que perder cuando se trata de nuestra seguridad nacional y de nuestra política exterior. Necesito un equipo listo desde el primer día para ayudarme a reclamar el lugar de Estados Unidos en la cabecera, reunir al mundo para estar a la altura de los grandísimos desafíos que tenemos por delante y hacer avanzar la seguridad, la prosperidad y los valores. Este es el punto crucial del equipo", comentó Biden, subrayando que se trata de personas "expertas" pero también "innovadoras", porque "no podemos afrontar los profundos desafíos actuales con el viejo modo de pensar y costumbres sin cambios".
Blinken, de 58 años, hijo de un embajador estadounidense en Hungría, crecido entre París y Nueva York, con estudios en Harvard y Columbia, fue el número dos del Consejo de Seguridad Nacional y luego del departamento de Estado bajo Obama.
Antes de iniciar su carrera diplomática en el desk para Europa, y como escritor de discursos de política exterior para Bill Clinton, soñaba con ser periodista o productor de cine.
De las pasiones juveniles sobrevivió la banda que lleva su nombre, donde canta y toca la guitarra eléctrica. Durante casi 20 años fue el brazo derecho de Biden, como consejero cuando estaba en la Comisión de Exteriores del Senado y luego como consejero de Seguridad Nacional cuando era vicepresidente.
Abierto detractor del "America First", se espera que restablezca la confianza con sus aliados, a partir de los europeos, y regrese a las instituciones y acuerdos boicoteados por Trump: el acuerdo de París sobre el Clima, el relativo a la cuestión nuclear iraní y la Organización Mundial de la Salud.
Con sus 43 años, Sullivan será el consejero para la Seguridad Nacional más joven desde los tiempos de la administración de Eisenhower, cargo que ocupó también junto al entonces vicepresidente Biden. Con Obama desempeñó un papel clave en las negociaciones sobre la cuestión nuclear iraní.
Linda Thomas-Greenfield, diplomática afroamericana con 35 años de servicio en cuatro continentes, víctima de las "purgas" de Trump, será representante de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, con estatuto de ministro, y un lugar en el Consejo de Seguridad Nacional que el presidente saliente había cancelado.
Otro "usado seguro" es John Kerry, que siempre permaneció junto a Biden en la campaña electoral. La decisión de hacerlo ingresar también en el National Security Council atestigua que para el presidente electo el cambio climático es una cuestión urgente de seguridad nacional.
En los próximos días se anunciarán otros miembros del gabinete. El nombramiento más esperado es el del Tesoro: y en pope position está Janet Yellen, la primera mujer en recibir el cargo de presidenta de la Reserva Federal.